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EN ROMÁN PALADINO

Rafael / Román

A vueltas con el ombligo

Los resultados del PSOE en el País Vasco y Galicia han sido terribles. Frente a las interpretaciones de que lo que se castiga es la oposición del PSOE pienso que es el recuerdo de la política de la segunda legislatura -2008-2011- la causante de la desafección, además de no haber sacado las consecuencias oportunas -tras la rotunda derrota electoral- en el congreso socialista, en el que la postura se asemejó a lo que empezó diciendo Noé:"Son cuatro gotas…". La negación de la crisis, los recortes de mayo-2010, las ayudas a la banca, el no compromiso con la dación en pago en las deudas hipotecarias, el paro galopante, etc. pesarán durante mucho tiempo. Ahora el PP está incumpliendo clamorosamente su programa, y si eso no le pasa factura es porque la gente o no lo creyó o no ve política alternativa o por las dos causas.

La situación comienza a ser crítica para el PSOE y la aprovecha el PSOE provincial para su enésima situación conflictiva. ¿Motivada por diferentes líneas políticas sobre la reindustrialización, la pobreza creciente o la generación juvenil perdida? ¿Quizá por discrepancias sobre como encarar la apertura a los nuevos movimientos sociales? ¿Por la estrategia ante las administraciones por el derrumbe del estado de bienestar? ¿Por cómo tener autonomía sabiendo que se gobierna en coalición con IU?

No. Nada de eso. Es por ver quién manda donde justamente ya no manda el partido socialista, en la Diputación de Cádiz. Para la gente resulta chocante que se plantee un pleito de esta naturaleza cuando los ciudadanos lo están pasando canutas. Esta expresión -pasarla canutas- saltó a la fama cuando un diputado orensano del PP afirmó que con 5.100 euros las pasaba canutas. Y tenía, además, dos pisos en Madrid con dos plazas de garaje cada uno, tres coches y otras minucias. El PP gallego pidió disculpas y lo desaprobó. Estamos ante algo igualmente escandaloso. Una lucha por ocupar unos puestos y controlar unas subvenciones públicas. Un pésimo ejemplo para los todavía votantes, y no digo nada para los que ya no votan. Con la crisis, la huelga anunciada y las movilizaciones sociales resulta especialmente sangrante. Ni es el tiempo, ni la forma, ni el momento, ni la ocasión. Es justamente la imagen que no se puede dar. Pero lo más grave no es la imagen. Es que esa no puede ser la realidad del partido socialista. El partido tiene el reto de regenerar la vida política provincial y de volcarse en los problemas de los ciudadanos y dejar de mirarse compulsivamente el ombligo.

El PSOE provincial precisa -en lugar de ajustes de cuentas- poner las luces largas del predominio de los valores, las convicciones y el interés general antes que un ombliguismo que resulta asfixiante para los ciudadanos y mortal para el propio partido. Lo visto lo sintetiza magistralmente Jordi Sevilla, en una sola frase, en su libro Para qué sirve hoy la política: "Ésta es la vieja política que propongo desterrar".

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