Gonzalo García-Pelayo. Director de cine

"Me siento muy satisfecho de ser un extraterrestre y hacer cine ovni"

  • Hace un año volvió a las pantallas con 'Alegrías de Cádiz' tras tres décadas de ostracismo Hoy se impone un ritmo febril y nos habla de 'Copla' y 'Niñas', sus nuevos proyectos

-Cuando leemos, vemos o pensamos a García-Pelayo se nos vienen a la mente epítetos como ecléctico, libre o aventurero, entre otros. ¿Puede la copla presumir de serlo también?

-La copla es menos libre y yo quiero dinamizarla con estos adjetivos, darle un revulsivo. Hay obras escondidas por la Historia; por ejemplo, hay una corriente homosexual clara en algunas coplas como Mi amigo que tenemos que detectar: eso estará en la película Copla, sería hipócrita no sacarlo porque hay elementos soterrados que fueron velados en la época. La copla contiene sexo de todos los tipos que afloran levemente en las canciones y debemos desenterrar.

-En el imaginario popular la copla siempre ha estado asociada a una época y un régimen político determinado. ¿Cómo va a ser tratada en su película?

-Es un argumento falso porque la copla nace en la República con temas como Ojos verdes que no representan esa ideología. El género tiene gran éxito en la Dictadura y ésta intenta domesticarlo; se hacían coplas como Mi Jaca y se quedaban tranquilos. No pretendo tratarla desde una perspectiva histórica sino desde los elementos universales que se hallan en ella: el amor fou, las perversiones como el sadismo o el masoquismo. Lo que siempre les gustó a los surrealistas, el concepto de volcán, el ambiente de novelas como Cumbres borrascosas. "Ser esclavo por ti" o "Llévame por calles de miel y amargura" son letras que pertenecen a la copla más marginal a la cultura del Régimen, que no tienen que ver con la estética que por entonces imperaba.

-En los años 70 la copla comienza su decadencia y es, precisamente, cuando su carrera como director de cine y productor musical se encuentra en su momento álgido. ¿Tuvo entonces o anteriormente contacto con la canción española?

-Surge algo después porque siempre había estado interesado en el rock y el flamenco. Fue en casa de Rafael de León, que me recita y canturrea algunas canciones dejándome un recuerdo imborrable, una impresión grande y pura. No lo vi más pero asistí a su funeral.

-León, Quintero y Quiroga fueron verdaderamente los padres del género. ¿Quiénes son sus grandes innovadores hoy?

-Esta tarde -el pasado viernes- me reuniré con el que creo que es el máximo representante del género hoy: Rafael Rabay, autor de La Encrucijada, la última gran copla, que ha acompañado a Isabel Pantoja en la dirección musical y que ya trabajó conmigo en un disco de Gracia Montes . Posee una voz fresca y joven.

-Hablando de paternidad en la música, usted puso la semilla en muchas de las grandes producciones independientes del rock andaluz que hoy siguen considerándose revolucionarias. ¿A quién le produciría un disco de copla?

-Ahora mismo a Selina del Río, que es la que más me gusta. Ella es artista las 24 horas del día, tiene una sensibilidad extraordinaria y canta como nadie. Es la cantante que más me ha impactado desde María Jiménez y la protagonistas de Copla. También haremos una película simultánea a ésta que hablará de amores soterrados y que se titulará Amo que te amen. Quiero que Pepe Roca, líder de Alameda, componga una canción para ella.

-También se atribuye la paternidad de otro proyecto titulado Niñas que ocupa su tiempo.

-Es una película que ya está terminada. El núcleo son niñas de 6 y 8 años pero hay hasta abuelas, vidas familiares ampliadas con valor universal. Es una película abierta, abstracta, de contemplación de la inocencia y la belleza de las niñas y que trasciende la parte documental. A la película ya la están esperando en el Festival de Cine de Lisboa y Estoril -del 7 al 16 de noviembre- y también en el Ciclo de la Filmoteca Catalana -del 18 al 30 de septiembre-.

-¿Cómo son esas Niñas ahora en relación a las que conoció en su infancia?

-En esa época no me fijaba en la candidez, en que estaban invadidas por la gracia, en sus bailes cautivadores. Pasaba más el tiempo jugando con los niños.

-Las féminas tiene una gran relevancia en sus trabajos cinematográficos. En Copla, además de Selina del Río, ¿con quién contará?

-Estamos creando aún papeles pero además de la interpretación existe un handicap: es imprescindible que sepan cantar. Hay que hacerlo muy bien, la copla no es lo mismo que cantar una canción de Shakira. Me encantaría trabajar también con las Pepas, las actrices de Alegrías de Cádiz. Sí estará Pepe Roca, la mejor voz junto a la de Amancio Prada, y Rocío Durán. En esta película vamos a hacer una copla diferente. Pepe ha realizado adaptaciones para guitarra y chelo, como la de Ay pena, penita, pena,que no entiendo que no se hayan plasmado en grabaciones. También estará un grupo de rock andaluz onubense llamado Visión Sonora que fusionará su sonido con la copla. A mí me encantan las fusiones y esto supone algo que no se ha hecho antes y que no es del especial agrado del público que tradicionalmente escucha copla. Como en todas mis películas, yo no me acerco al público sino que espero que el público se acerque a ellas, tienen que hacer un esfuerzo.

-¿Qué escenarios podremos contemplar en Copla?

-Hay pinceladas de Córdoba, que es el lugar de nacimiento de Selina y Julio Romero de Torres, y una Casa Palacio de Madrid de los años 20.

-¿Y qué tiene Andalucía como foco de creación que no encuentra en otro lugar?

-Andalucía es una de las zonas culturalmente más potentes del mundo junto a Kerala en la India, donde nace la civilización; la Toscana italiana, donde surgió el Renacimiento; y California. Creo que son puertas especiales para el genio creativo que la ciencia algún día estudiará

-Hemos hablado de Niñas y quería preguntarle qué le parecen 'taquillazos' españoles como el de la reciente película de Daniel Monzón, El Niño. ¿Se está reconciliando el público tímidamente con el cine español a pesar de la tendencia a americanizar sus productos?

-Casi ni me siento parte del cine español. Me gusta ser un outsider, un inclasificable y hacer cine ovni; es algo que me han dicho en el extranjero y de lo que me siento muy satisfecho. Parte del éxito de la película The Pelayos fue precisamente por su factura americana. Otros fenómenos como el de Ocho apellidos vascos responde a la popularización de un género que gusta mucho en España. Conmigo se ha dado con el tiempo, el otro día vi que Vivir en Sevilla tenía alrededor de 620.000 visitas en Youtube: ha pasado de no tener ninguna repercusión en su día a esto. Hace 30 años yo no era nadie para el cine, hablaban de mi 'polifacetismo' pero nunca de mis películas. Me gustaría que el reconocimiento me hubiera llegado más joven, habría ligado más. Mi logro es el resurgimiento de mi cine. Desde entonces, los periódicos Libération y Le Monde me han dedicado portadas y se han escrito páginas en la revista Sight & Sound y en Trafic. Me están descubriendo todos los cinéfilos europeos y hay lugares que me piden la proyección de Niñas: Nueva York, Rotterdam, Lisboa... Es algo que no me había pasado nunca. Espero enviar Copla, que está en preproducción, a Cannes.

¿Cómo se titularía la copla de su vida?

-Esa que cantaba Pepe Pinto. "Dime que me quieres, dímelo por Dios..." (canturrea buena parte de la letra). Dice lo mismo que un diálogo de Johnny Guitar. Esa idea me parece genial, la de la mentira piadosa, cuando se vive entre dos mundos, el de la verdad y la mentira. Es lo que todos esperamos que nos digan.

-Con Alegrías de Cádiz regresó al cine tras 30 años de inactividad y con ella ha viajado por varios festivales y recibido críticas de todos los colores. ¿Cuáles son sus planes para las próximas tres décadas?

-Hacer dos películas al año, es decir un total de 60 (ríe). Espero seguir haciendo cine. Alegrías de Cádiz ha sido un desastre económico absoluto así que me van a tener que ayudar un poquito. Entre las críticas destaco la magnífica que hizo Jordi Acosta para El País, calificándola como la mejor película en los últimos años.

-¿Y su faceta de escritor?

-Cuando no iba a hacer cine quería hacer libros pero ahora solo escribo para cine. Las películas tienen que ser densas, tienen que tener varias capas como en la pintura. Cuando los críticos ven mis películas dicen que se les han escapado cosas. Ocurre con Niñas, que está recién terminada: hay que verla una segunda vez.

-Hace ya un año que se estrenó en el festival documental Alcances la cinta Alegrías de Cádiz. ¿Cómo recuerda esa puesta de largo como director después de tanto tiempo?

-La sorpresa de que le gustara a casi todo el mundo o si no, como dijo El Gómez: "Ya buscaremos algún malaje al que no le guste" (ríe). Y los protagonistas del Carnaval, Julio Pardo y la chirigota de El Selu, se sorprendieron de cómo se reflejaba Cádiz, ciudad de la que ellos son estandarte, en la pantalla.

-La película ha tenido un recorrido internacional. ¿Qué balance hace del camino?

-La mejor sesión fue la de París -durante una retrospectiva dedicada al cineasta-, con algunos de los mejores críticos de cine del mundo: no se esperaban lo que vieron y pasó por encima de otras de mis películas como Frente al mar o la misma Vivir en Sevilla. Parece que sí la entendieron y me comparaban con Pasolini pero sin su mirada paternalista.

-Y de la reacción de los gaditanos que la han visto ¿qué impresiones le han llegado?

-Yo me quedé tan satisfecho con la película que no necesito más. Ya he contado todo lo que quería contar de Cádiz y me he dado a mí mismo el Antifaz de Oro. Si volviera incluiría la ciudad como escenario, pero ya no como personaje. Ahora acabo de ver una película que se hizo paralela a Alegrías de Cádiz, realizada por los directores catalanes Gonzalo de Lucas, Álvaro Arroba y Fernando Ganzo. La terminarán en enero, justo cuando yo espero terminar Copla. Se hizo con el mismo elenco de actores, con el mismo personal,... En esa historia el narrador de Alegrías de Cádiz, Javier, quiere ser Papa. No obstante, me hubiera gustado más sitio en Cádiz para las actrices que partiparon en la película.

-Se puede decir entonces que con Alegrías de Cádiz ¿se quitó una espinita, cerró un ciclo o empezó de cero?

-No he empezado de cero, de hecho Alegrías de Cádiz se acerca a elementos que ya estaban en mi película Vivir en Sevilla. El director Paulino Viota estuvo en el ciclo que se me dedicó en París y dijo que vio en la película actrices que no solo actuaban sino que eran ellas de verdad, que tenían entidad. La revista francesa Trafic, además, nos dedicó dos artículos a él y a mí, uno de ellos escrito por el propio Viota. Me gustaría destacar por último el texto que me ha dedicado en el periódico La Vanguardia Gonzalo de Lucas.

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