Despedida agridulce, un verano más
En la jornada de hoy se marcha el primer grupo de niños saharauis pertenecientes al programa Vacaciones en Paz En Sadicum, la alegría y la pena se entremezclan estos días
A escasas horas para su partida a campamentos de Tindouf, en Sadicum, la Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui, ya ultiman los papeles y los paquetes que los niños se llevarán con ellos. Tras dos meses de Vacaciones en Paz, como se llama el programa que esta asociación lleva años organizando, los niños empiezan a preparar sus maletas y a despedirse de los que ya, hace años, consideran sus familiares.
La edad comprendida de los niños saharauis para que puedan participar en este programa es de ocho a doce años, aunque, como informa la presidenta de Sadicum, Mª Luisa Virués, "estamos intentando que puedan venir hasta los 14 años". Además, otro de los requisitos es que "saquen buenas notas", dice sonriendo y mirando a los niños. En lo que se refiere a las familias, no existe ningún requerimiento, "nos da igual que sean familias monoparentales, homosexuales o de otros tipos. Todos pueden participar".
Por otro lado, en relación a las impresiones sobre la llegada de los niños por primera vez, las vocales de la asociación, quienes también tienen a niños de acogida, coinciden en que llegan asustados, con miedo, incluso con ganas de irse los primeros días. Por su parte, Antonia, una de las integrantes del colectivo, señala que, "no tuvo ningún problema de adaptación, se le quitó el miedo enseguida y con mis hijos se integró muy bien". Carmen, otra de las acogedoras, añade que, "cuando llegó, se escondió".
Entre las cosas que más les sorprenden cuando entran por primera vez a la casa está el frigorífico y el agua, incluso alguna ha dado una lección a su madre de acogida diciéndole que no tire los restos de comida. "Le llamó mucho la atención que tiráramos comida a la basura. Con ellos también estamos aprendiendo bastante", asegura Carmen.
Cuando a los niños les preguntan qué es lo que van a echar de menos, la mayoría coincide en que será la playa, la piscina, el móvil y la televisión, aunque cambiándole el rostro al más bromista y lanzado del grupo, Sidi, afirma que será su familia lo que más extrañará. Estefanía, otra madre de acogida dice, "mi niña echará de menos internet, ya que en su campamento no hay".
Durante su estancia en la localidad, los niños saharauis han podido disfrutar del sol y de la playa, aunque Sidi dice que prefiere la piscina al mar. Aicha, quien llama 'mamá' a la presidenta, es la mayor del grupo y con una sonrisa añade que, "hemos tenido muchas barbacoas, reuniones y hemos salido con nuestros compañeros". "Para ella sí que han sido unas vacaciones en paz, ya que cuando se marcha de aquí se encarga de muchas tareas de la casa", apunta Virués mirando a Aicha.
Entre otras actividades de ocio, han salido de excursión y han ido a parques temáticos. La última de estas salidas tuvo lugar el domingo pasado, cuando se celebró la tradicional despedida en el Pinar de Don Jesús, "allí hicimos una convivencia, les preparamos juegos, llenamos globos, invitamos a sus familiares y llevamos una gran tarta" explica Virués.
La novedad de este proyecto ha sido la incorporación de una niña celíaca de ocho años, que ha sido acogida por otra vocal de la asociación. "Hay personas a las que les cuesta más traer a niños celíacos, pero en este caso, la familia que la ha acogido ya contaba con un familiar de esta condición", informa Virués.
Así, en la jornada de hoy será cuando la primera tanda de niños deje Chiclana para partir a sus respectivos campamentos, el segundo grupo saldrá el domingo, pero no todos son lágrimas, ya que las integrantes de la asociación sostienen que ven a los niños contentos, con ganas de irse para ver a "los suyos" pero con ganas de volver el verano que viene. Eso, afirman, les da mayor tranquilidad. Además, durante el invierno también están en contacto telefónico. No obstante, como aseguran todas, los primeros días notarán un vacío y se sentirán tristes al no verlos a su alrededor pero, al mismo tiempo, se sienten satisfechas y tranquilas de que se marchan con sus revisiones médicas y vuelven con sus familias biológicas.
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