Coro

Salimos el euro

Localidad: Cádiz

Letra: José Olivera Castillo, David Cornejo Prada y Jesús Bernal Benítez

Música: Manuel Antonio Guimerá de la Peña

Dirección: Jacobo Lucena Borrell

el tipo. Eurovisivos dirigidos por la batuta de Augusto Algueró. 

Las coplas. El verdadero festival de la canción se celebra todos los años en el Gran Teatro Falla. Abba, Rosa de España, Remedios Amaya, Massiel... un ramillete de estrellas -y de estrellados- con los que España  casi nunca se come algo en Eurovisión. El coro de Guimerá, sin embargo, tiene más fortuna que estos artistas con su repertorio, sobre todo por su popurrí, la pieza que sigue siendo la más destacable. Tangos de corte suave, tanto en música como en letras. En el primero, se dirigen a a los pequeños que se ven reflejados en los superhéroes de la televisión y comparan sus superpoderes con los de los carnavaleros, los superhéroes gaditanos. La risa del Sheriff, el Love y el Selu, el poder de la emoción de Quiñones y Tino, el arte del Libi, el gaditanismo de Martín y el poder de levantar el vello de los coristas. Poderes que deben aprender los jóvenes para que mañana ellos sean los héroes. Le dan la vuelta al tópico de la suegra en la segunda letra, ya que no pueden criticarla por haber traído al mundo a su mujer, cuidar de sus hijos o tratarles como si fueran su hijo. Tienen "dos madres a quien querer". Sin estar mal la tanda, falta una pizca de maldad para competir. Desbarran en el primer cuplé a los geles íntimos de frío y calor. Su mujer se pone el de frío y tiene que meter el papo en el microondas. Mejoran con el segundo a los programas de casas y los problemas que se encontrarían por pisar un suelo mojado.

EN PRELIMINARES

las coplas. El Falla, a pesar de que España no se come nada, es el escenario del Festival de Eurovisión. Abba, Mocedades, Betty  Missiego, Remedios Amaya, Chikilicuatre, Peret con la guitarra pegá... un ramillete de artistas y una orquesta que cuenta con la dirección de Augusto Pillo Algueró. Una idea que, como se comprueba en el popurrí -lo mejor del repertorio-, da para mucho. Y la aprovechan bien entre el baile del Kichi-Kichi o el Enséñame a cantar, Tron. Sin  embargo, bajan un poco en el resto de su actuación, aunque se puede solucionar durante el Concurso. Guimerá hace gala de su maestría en la música del tango, con una falseta que vuelve a enamorar. En la primera letra, comparan de manera acertada el Concurso del Falla con el de Eurovisión, ambos con miserias, pero al final lo que importa es la copla libre. En la segunda, mucho peor, resbalan en su crítica al independentismo catalán. Los cuplés, a las peripecias de su suegra en Afganistán y sus problemas intestinales,  nos llevan hasta el punto G de su mujer y  los 12 points del estribillo.

 

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