EL desayuno del pasado miércoles se le atragantó a más de un miembro de la dirección del socialismo gaditano. Unas extensas declaraciones, a doble página, del portavoz municipal y diputado del PSOE, Rafael Román, a este diario abría la caja de los truenos y ponía la guinda a un más que complicado mes para la izquierda gaditana, adobado ya con las peleas internas provocadas por las críticas de los críticos y por la decisión de la Junta de mantener en pie el edificio de la Aduana, destrozando diez años de minucioso trabajo para recuperar la estima perdida de la ciudadanía. Por si fuera poco, unas coplas del Carnaval, aquella fiesta que tanto le denostó, ensalzaban la figura y el trabajo realizado por el ex alcalde socialista Carlos Díaz, cuya herencia intentó tapar el PSOE desde su salida de San Juan de Dios.

Con todos estos problemas acumulados, las rotundas manifestaciones de Román han dejado descolocados a sus compañeros.

Aunque se mantiene un 'silencio oficial', sólo roto con declaraciones elogiosas a la coordinación entre las administraciones, fuentes socialistas consultadas por este diario han coincidido en destacar el malestar y, sobre todo, la sorpresa provocada por lo dicho por el veterano político que, curiosamente, ha logrado unir a Teófila Martínez y a Federico Pérez Peralta, en este caso como vicepresidente de la Diputación encargado de la oficina del 2012.

"Nos hemos quedado deslumbrados. No entendemos el motivo de estas declaraciones", manifiestan destacadas fuentes socialista que consideran que no debe ser por una rabieta política "porque siempre le hemos agradecido su labor, le hemos dado su sitio dentro de la organización. No lo tenemos aislado e incluso se le buscó inclusión en las listas para las Europeas, como él solicitó, pero el cupo andaluz ya estaba cubierto", afirman estas fuentes.

Tras publicarse en este periódico las reflexiones de Rafael Román sobre la planificación del Bicentenario, dirigentes del partido le pidieron explicaciones sobre todo por el temor a que Teófila Martínez aprovechase esta divergencia interna para apuntar contra el PSOE. Evidentemente, las negativas declaraciones afectaban más de lleno al Partido Socialista que al PP. En todo caso, el propio diputado dejaba claro a este diario "que no es una cuestión de crítica política a los dos partidos, sino de necesidad de activar la gestión del Doce".

Los comentarios de los internáutas en el Diario Digital y en los blog auspiciados desde las filas socialistas, como el de Cádiz Socialista, han sido casi unánimes a la hora de apoyar a Román al considerar que expresaba públicamente lo que muchos no se atreven a decir respecto al 2012.

Ciertamente, Rafael Román ha sido en los últimos años un edil muy disciplinado. Ha aguantado dos derrotas electorales como candidato a la Alcaldía y aunque en su momento se planteó su marcha, ha optado por seguir hasta el final del mandato. Siempre, claro está, que no se contaminen más las relaciones con la dirección de su formación en Cádiz, especialmente cuando es conocido su total desencuentro con el secretario general Francisco González Cabaña.

En todo caso, la llamada de atención de Román apenas parece una gota en el desbordado vaso de los socialistas gaditanos.

Desde el propio partido se reconoce que la decisión de la Junta de mantener la Aduana "nos cogió por sorpresa", a la vez que ha provocado fuertes discusiones internas entre quienes están de acuerdo y no respecto a esta medida. En todo caso se coincide en que no ha sido una decisión política "porque a la hora de enfrentarnos con Teófila lo haremos y lo hacemos con algo que no afecte directamente a la ciudad y a los ciudadanos".

El PSOE se ha dedicado la última década a "recuperar el favor ciudadano", tras el fiasco electoral de 1995 que le hizo perder la Alcaldía. En este tiempo han llegado inversiones impulsadas por la administración socialista que se le negaron a los gobiernos de Carlos Díaz, especialmente con la rehabilitación integral del casco antiguo y con la construcción del segundo puente y la mejora del acceso por el Carranza.

La efectividad de estos proyectos de excepcional calado e importancia para la ciudad podían diluirse electoralmente ante traspiés como el de la plaza de Sevilla.

Es cierto que el Ayuntamiento también tiene su responsabilidad, como la tardanza en iniciar las obras del aparcamiento subterráneo en la avenida del Puerto o el tiempo perdido con la Aduana ya que con una gestión más ágil se hubiera posibilitado su derribo antes de conocerse la decisión de la Delegación de Cultura; pero el PSOE podría haber parado la decisión de la Consejería pues la decisión, en este caso claramente con tintes políticos, se tomó desde Sevilla.

Por si fuera poco, al despropósito de la Junta en la plaza de Sevilla se unen los retrasos que acumulan otros dos proyectos emblemáticos de la izquierda: el nuevo hospital, atascado en negociaciones entre el SAS y la Zona Franca -dos instituciones en manos del PSOE-, y la Ciudad de la Justicia, otro de esos monumentos gaditanos a la incompetencia de la administración.

Con todos estos mimbres, el socialismo gaditano, en cuyo interior aparecen voces disidentes, apenas tiene dos años para volver a levantar cabeza y presentarse a las elecciones municipales de 2011 con alguna posibilidad de rascar escaños a Teófila Martínez o, incluso, afrontar la recuperación de la Alcaldía.

Militantes del PSOE, jóvenes y veteranos, sondeados por este diario, asumen la necesidad de afrontar una renovación, de acercarse a la realidad urbana y de aportar ideas novedosas. La cuestión es si vale la pena quemar o no la imagen de Bibiana Aído, hoy ministra de Igualdad y que necesita aún mucha calle para ser conocida y reconocida en Cádiz, en una lucha contra Martínez que, por el momento, parece infructuosa, o dejarla para el 2015.