Cádiz

La dura vuelta al trabajo sin trabajo

  • La mermada plantilla de la Escuela de Hostelería regresa al centro sin garantía de que se vaya a retomar la actividad y sin noticias de las cinco nóminas que la Junta les adeuda

Los 1 de septiembre eran días de actividad frenética en la Escuela de Hostelería de Cádiz. Los alumnos de primer curso se incorporaban al centro formativo al día siguiente y el profesorado debía ponerlo todo a punto para darles la bienvenida e iniciar las clases. Así venía ocurriendo hasta 2011. Ayer, 1 de septiembre de 2015, la actividad en la Escuela era inexistente. Ayer, 1 de septiembre, el profesorado se incorporó a su puesto de trabajo sin tareas que desempeñar. De brazos cruzados a la espera de noticias...

Porque los once empleados siguen sin saber cuándo van a percibir las cinco nóminas que la Junta de Andalucía les adeuda. Tampoco saben a qué Delegación pertenecen ahora mismo, si a la de Educación o a la de Empleo. Desconocen cuándo volverá a nombrarse un nuevo presidente del Consorcio de la Escuela, pues la ya exdelegada de Educación, Cristina Saucedo, no ostenta el cargo. Se preguntan si finalmente se va a integrar la Escuela en la Agencia Andaluza para la Educación y la Formación (Apaef). Ni idea tienen de la programación educativa que deberán desarrollar en el caso de que se reanuden las clases, tras un año en blanco. No saben si se van a cubrir las siete bajas de los docentes que han abandonado el centro por incapacidad permanente total y extinción de contrato. Tampoco les ha informado nadie sobre el modelo formativo que se deberá desarrollar en el caso de que autoricen volver a encender los fogones. Y como no hay garantía ninguna de que la Escuela va a volver a ser una escuela, el interrogante que más martillea a estos profesionales es qué va a pasar con sus puestos de trabajo.

Hay quienes piensan que la Junta de Andalucía está dejando morir a los consorcios, y es que son ya tres años de calvario. Tres años de impagos en los que llegan cartas de desahucio, tres años en los que los bancos dejan de conceder créditos, en los que hay que aferrarse a la "caridad" de familiares y amigos para poder llenar la nevera, y en los que la salud física y psíquica se resienten. "Yo le he tenido que pedir a mi padre 6.000 euros. El primer año de impagos aguanté tres meses tirando de ahorros, el segundo pude defenderme un mes y esta tercera vez sólo he aguantado 15 días, porque es que ya no me queda nada", comparte un trabajador.

"Esto es inhumano -agrega un compañero-, pero esta situación es la más cómoda para la Junta. Nos está empujando a recurrir a juicio y solicitar la resolución de contrato con motivo de los impagos. Vayan yéndose pero sin hacer ruido, es lo que nos están diciendo. La Junta no está echando a nadie, sino que los trabajadores de los consorcios se están yendo porque no podemos seguir así, sin ni siquiera cobrar el paro. Y cuando queden cuatro o cinco en cada centro, ya se encargarán de recolocarlos o de despedirlos, pero no es lo mismo echar a toda una plantilla que a cinco". Y como colofón a su hipótesis, agrega: "Lo que está pasando con los 11 consorcios de formación de Andalucía es muy gordo. Que no son chiringuitos montados entre cuatro o cinco amigos, sino empresas públicas. Que mantener abierto un centro como éste, que ahora está sin actividad, supone un gasto para el erario público de unos 700.000 euros tirando por lo bajo".

Y hablando de euros, todos se hacen la misma pregunta: "¿Dónde está el dinero que el Gobierno andaluz presupuestó el pasado año para cada uno de los Consorcios y que se publicó en el BOJA el 31 de diciembre?". En concreto, a la Escuela gaditana se le asignó 1.264.111 euros, pero esa cuantía no ha llegado al centro. Y mientras, 11 personas acumulan ya cinco meses sin cobrar. "Los de Baeza suman ya 18 meses de impagos y 14 los de Almería", intentan consolarse.

A pesar de todo, reconocen que aún les queda algo de esperanza. Se aferran a las recientes palabras del portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, que ha asegurado que en este mes se dará una solución definitiva a los consorcios y al problema de los impagos. "Aunque la presidenta, Susana Díaz, dijo el año pasado que el 7 de enero de 2015 se retomarían las clases en los centros, y mira... ¿Qué credibilidad le podemos dar entonces al portavoz?", lanza el empleado más escéptico.

En los próximos días esperan reunirse con la presidenta de la Diputación, Irene García. Su secretaria les ha comunicado que los recibirá en este mes. Y siguen a la espera de una respuesta del presidente en funciones y vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, a quien solicitaron reunión en julio.

Hablando de políticos, se acuerdan de Cristina Saucedo, ahora directora general de Participación y Equidad en la Consejería de Educación. "Se ha ido de la Delegación y del Consorcio de la Escuela sin despedirse de nosotros...".

Ahora mismo nadie preside el Consorcio, por lo que si la subvención llegara hoy mismo, el personal seguiría sin poder cobrar, ya que esa operación requiere de la firma del presidente. Y van más allá. Una vez reciban el montante, las clases no podrán iniciarse de forma inmediata, pues necesitarían, como mínimo, dos meses para anunciar la convocatoria y seleccionar al alumnado, preparar la programación formativa, concertar acuerdos con proveedores y poner a punto un centro público que lleva más de un año sin actividad. Desde hace unos meses no cuenta ni con servicio de limpieza ni teléfono ni internet. De vergüenza.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios