Una médica del dolor censura la prescripción de ansiolíticos entre los pacientes con dolor crónico: "¿La de probar con técnicas intervencionistas nos la sabemos?"

El dolor crónico se diferencia del dolor agudo por su duración y frecuencia. Incluso, a veces el dolor agudo puede convertirse en crónico. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el dolor crónico puede aparecer casi todos los días y prolongarse durante semanas, meses o años, lo cual puede afectar al estado de ánimo, las relaciones y al normal desarrollo de la vida diaria.

Estas afecciones se diagnostican y tratan en las unidades del dolor de los centros sanitarios públicos y privados, que suelen estar formadas por un equipo multidisciplinar coordinado por un anestesiólogo especialista en dolor. Una de estas profesionales, la doctora Elena Casado Pineda, ha relatado en un vídeo publicado en su perfil de TikTok (@medicilio, con más de 200.000 seguidores) un caso real que revela el abuso de los analgésicos a la hora de abordar el dolor crónico.

En concreto, se trata del caso de una paciente muy joven con dolor crónico a causa de una lesión, a la que lleva realizando un seguimiento desde hace un año y medio. "En la primera consulta, se puso a llorar y a pedir perdón mientras me contaba lo que le pasaba", cuenta la anestesióloga. Antes, la paciente había realizado distintos tratamientos sin éxito durante cinco años.

"Claro que está deprimida, por cierto, por no hacerle pruebas de imagen ni validar con ella el tratamiento", afirma la doctora, visiblemente indignada. Si bien las lesiones e infecciones, además de enfermedades como el cáncer, la artritis o la fibromialgia suelen estar detrás del dolor crónico, en algunos casos, no existe una causa clara. Para realizar el diagnóstico, los profesionales pueden analizar la historia clínica del paciente, pedirle que describa el dolor o realizar otros exámenes y pruebas médicas.

"Mira si es frecuente, que el primer resultado en Google era lo que le pasaba"

El dolor crónico puede tratarse mediante medicamentos, la acupuntura, la fisioterapia y a veces, la cirugía. "Al principio, parecía que las opciones eran una prótesis o poco más. Después de este tratamiento le ha mejorado la calidad de vida y el dolor le ha bajado de un 8 a un 4", comenta la anestesióloga sobre la terapia que ha seguido su paciente.

Precisamente, esta doctora critica la falta de detenimiento por parte de los compañeros de profesión que la han precedido para determinar el origen del dolor crónico en esta paciente. "Ella me mandó fotos de dónde le dolía y el diagnóstico era 2+2", dice, con su particular forma de expresarse y añade, "mira si es frecuente, que en la primera búsqueda en Google aparece lo que le pasaba".

En este sentido, la anestesióloga también ha censurado la falta de tratamientos alternativos que han llevado a la paciente a esa situación. "Solo le habéis hecho una yonqui legal. ¿La de probar con técnicas intervencionistas nos la sabemos?", protesta en alusión a la prescripción de ansiolíticos, fármacos que pueden crear dependencia a largo plazo.

La doctora Casado ha incidido en que la realización de un diagnóstico temprano del dolor crónico es crucial para paliar sus efectos. "El tratamiento no es complicado, pero a la paciente le va a costar un poco más después de dos años de evolución. De haberse detectado la causa a tiempo hubiera sido todo mucho más fácil", concluye.