Como si de una famosa de la tele se tratase, el nombre de Fliomena no ha parado de sonar en tertulias y conversaciones en los últimos días. Y ahora es Hortensia, a base de lluvia y viento, la que busca robar el protagonismo a la gran borrasca que convirtió Madrid en un paisaje siberiano y dejó por mentirosos a todos los que defendemos que, como suele decirse, en Cádiz no hace frío, hace humedad.
Si no les ha parecido bastante vayan preparándose para Ignacio, Justine o Karim, las denominaciones con las que serán nombradas las grandes borrascas que están por venir. La Agencia Española de Meteorología (AEMET) es, en colaboración con los servicios meteorológicos de Francia (Méteo-France), Portugal (IPMA) y Bélgica (RM), la encargada del nombramiento de borrascas con gran impacto en los países del suroeste de Europa.
El pasado mes de noviembre comenzó la cuarta temporada de nombramientos con Álex y en las próximas semanas o meses escucharemos hablar de Lola, Mathieu, Nadia, Octave, Paula, Rodrigo, Sofía, Tristán, Viviane y Walter. Esta iniciativa comenzó en diciembre de 2017, aunque ya había precedentes en los años anteriores, para señalar a aquellas borrascas profundas que puedan afectar a España, Francia o Portugal de tal manera que "puedan producir un gran impacto en bienes y personas", según AEMET.
Para que una borrasca reciba nombre debe dar lugar a la emisión de avisos de viento naranjas o rojos por los servicios meteorológicos de España, Francia, Bélgica o Portugal. En el caso de nuestro país, se trata de rachas máximas superiores a 90, 100 y 110 km/h. El servicio meteorológico que emita el primer aviso naranja o rojo será el encargado de dar nombre a la borrasca. Así, en esta temporada AEMET ha nombrado ya a Barbara, Dora, Ernest, Filomena y la más reciente Hortensia.
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