Alejandro Talavante

"El toreo es muy grande porque sigue vigente sin tener estructura"

  • El torero se encerrará con seis toros en la Corrida Picassiana el próximo 19 de agosto. El cartel anunciador es obra del artista Mikel Urmeneta.

Alejandro Talavante se enfrenta al compromiso importante de lidiar seis toros en Málaga, en la Corrida Picassiana que tendrá lugar el 19 de agosto. La idea de homenajear a Picasso le abruma porque en su humildad aún no se ve como el genio que es. Torero sorprendente y creativo, huye del término variado, que le agrada menos, y del concepto de faenón. Es imprevisible incluso en sus respuestas. Bajo una actitud pausada y pensativa se guardan los miedos más intensos que produce una cita tan significativa.

-¿Tiene muchos fantasmas de cara a la Picassiana?

-Pues sí, lógicamente. Hay una mezcla entre incertidumbre e ilusión. Quizás a las incertidumbres les llamemos fantasmas, y yo creo que la duda es la que te hace pensar, calibrar, sentir y lo que te hace crecer y pensar en algo distinto.

-Independientemente de la Picassina, ¿por qué piensa en seis toros y en seis toros en Málaga?

-Bueno, Málaga se presta. De hecho, yo no tenía intención esta temporada tan larga en la que voy a torear tanto de hacer algo así, tan especial. Lo que pasa es que uno se ve físicamente más o menos bien y lógicamente cuando ves que el físico acompaña un poco a las ilusiones que uno se hace en su cabeza pues tomas la decisión de aceptar esta propuesta y meterte en este lío.

-Esta temporada está siendo casi ideal o soñada, ¿se debe a algo en especial o las cosas vienen y van así por pura magia, porque es artista?

-No sé. La verdad es que me lo pregunta mucha gente y cada vez respondo una cosa distinta porque no llegas a dar con la clave para estar así. Pienso que se deben dar muchas circunstancias. Que físicamente te encuentres bien y que tengas a la vez esa experiencia, esa madurez y ese talento. Entonces, son tal cúmulo de tantas cosas que se tienen que dar para esa cocción que es muy complicado. Yo este año en general tengo la suerte de salir muchos días satisfecho de la plaza, pero aún así hay días que el juicio que me hago a mí mismo es bastante severo.

-¿Cuál es la pregunta que está deseando que le hagan y que no le están haciendo?

--Es que a uno le gusta que le pregunten muchas cosas y entonces te digo una y a lo mejor es otra, pero siempre se quedan muchas preguntas sin hacer y muchas respuestas que dar.

-Si tuviera usted a un torero delante, ¿qué le preguntaría?

-Depende de la edad que tuviera, del sitio que ocupara en el toreo, las circunstancias de las que hablábamos antes, pero le preguntaría que por qué torea.

-¿Y qué contesta?

-Porque es la única manera en la que puedes hacer una interacción real con el tiempo.

-Con el tiempo. Explíque eso.

-Torear es jugar con el tiempo. Realmente las cosas que tú haces cotidianamente no tienen el sentido ni la medida del tiempo tan presente como en el toreo, porque en el toreo hay un momento que cuando las cosas se unen, el tiempo se dilata y todo fluye.

-¿Le preocupa el tipo de toro de Málaga, el tamaño, si embiste o no embiste o que le vayan a mirar con lupa la presentación de los toros?

-Pues sí. Todas las cosas acarrean dificultades. El tener más o menos talento, el ponerlo en práctica, te puede generar éxitos, pero también arrastras otro tipo de responsabilidades como ésa, que los seis toros que vengan le gusten a toda la gente que va a estar aquí, que transmitan la emoción y la sensación de toro en la plaza que es lo que yo he buscado a la hora de elegir estos toros. Porque a mí me lo van a poner más fácil.

-¿Por qué Adolfo Martín?

-Porque me encanta. Y porque creo que es una ganadería con una proyección, una ganadería ya consolidada porque lleva muchos años pegando palitos, pero es una ganadería que está a un paso de verse en todas las ferias de España, a mi juicio.

-Hablemos de lo ocurrido en Marbella el domingo pasado, ¿va a ser sancionado?

-Me imagino que sí. Me imagino que sí porque las autoridades a las cuales yo les pago mis impuestos y no me protegen a la hora de ejercer mi libertad a la hora de trabajar, o de torear en este caso, no hacen nada por protegerme y no lo van a hacer en este caso en el que yo me he saltado a lo mejor un punto importante para ellos como es el orden. Y sin embargo, creo que no hacen lo posible por potenciar el orden.

-Talavante no tiene nada que ver con el orden ¿no?

-No, pero sí con el respeto. Y con saber... A veces uno tiene que saber callarse y tiene que saber aceptar algo que no le gusta o de lo que puede estar realmente en contra.

-¿Qué podemos hacer para evitar estos altercados?

-Principalmente, empezar a saber manejar la información de verdad. El toreo es muy grande, nunca ha tenido estructura. Es muy grande porque sigue vigente sin haber tenido una estructura que lo defienda ante este tipo de circunstancias. Quiero decirte que de lo de ayer [por el domingo], de lo del quite, en un momento dado puedo hasta arrepentirme. Arrepentirme no, hay una sensación extraña porque uno no quiere llegar a eso, es la sensación que a mí me queda, a saltarse las normas, pero es que las circunstancias a veces te obligan a ello. Yo siento que los aficionados esperan que uno haga más que hacer un quite a un toro que ha sido devuelto a los corrales, pero realmente hay que tener mucha inteligencia para saber qué hacer en esos momentos.

La temporada del extremeño está dejando tardes de ensueño, con faenas ilusionantes y poco convencionales que dejan volar la imaginación. Por eso, la apuesta en Málaga resulta esperanzadora para el aficionado que busca ver cosas distintas y a una figura del toreo en su máximo esplendor. De momento es líder del escalafón y nadie queda indiferente a su paso por los ruedos.

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