Programar una ficción diaria como 4 Estrellas en la complicada franja del acceso al prime time es un reto para la televisión pública, pero también una oportunidad para crear imagen de marca y desmarcarse de la competencia. El secreto está en mantener la paciencia y no rendirse tras los datos cosechados por la primera ni por la segunda semana de audiencia.

A estas alturas de la película, después de catorce años sin publicidad en su parrilla, y por tanto sin ingresos por este concepto, la televisión pública debería estar curada de espanto por el hecho de que no tener que librar la batalla de las audiencias. Apearse de esa servidumbre debería haberle permitido crear una programación libre y con identidad propia. Algo que, por desgracia, 34 años después de la llegada de las televisiones privadas La 1 no ha logrado. Más bien al contrario, continúa empeñada en luchar contra ellas con idénticas fórmulas e incluso contratando a las mismas productoras que suministran a la ‘competencia’ los formatos rivales. Todo un contrasentido cuando estamos hablando de una empresa pública que cuenta con 6.400 trabajadores fijos (este mismo año se repondrán por oposición alrededor de mil plazas) y un dispositivo técnico de primerísima división.

Pero todo venía por el estreno de la serie diaria 4 Estrellas en el horario de El hormiguero, El intermedio y First dates. Si La 1 no ofrece alternativa y continúa bailando al son que marcan las demás cadenas, como ha hecho hasta ahora, nunca dejará de ser una segundona. P

ara tener personalidad hay que arriesgar y delimitar un territorio propio. El tantas veces debatido adelanto del ‘prime time’ a las diez de la noche, realizado con rigor y contundencia durante un largo espacio de tiempo, sería una buena apuesta a medio plazo con tal de desmarcarse de la oferta del resto de cadenas.

Por el momento, veamos qué ocurre con una de las decisiones más valientes propiciadas por la nueva Corporación: el estreno de una serie diaria en la complicada franja del acceso al ‘prime time’. Si la apuesta sale bien, TVE hará historia y otras cadenas podrán imitarla. Si sale mal, siempre quedará la franja de tarde de La 1, que está funcionando como un tiro, para acogerla. Pero hay que tener paciencia. Lo peor ante situaciones como las que ahora se van a presentar sería tomar decisiones apresuradas.