Así lo contó Diario de Cádiz

Desde hace casi 160 años, que los cumplimos en 2027, Diario de Cádiz ha contado lo que ha pasado en nuestra tierra y ha llevado también a sus lectores el transcurrir de la vida en el resto de España y del mundo. Cerca de 60.000 días vividos intensamente, millones de noticias, cientos de miles de fotografías y de relatos. Es parte esencial del ADN de esta Casa: ser parte del día a día de todos sus vecinos, de quienes nos compran en papel o quienes nos leen, en cualquier lugar del planeta, gracias a internet.

No es verdad, o por lo menos no debería de serlo, que a los periodistas nos gustan más las malas noticias. Que una mala noticia vende más o da más click que una buena. Simplemente, nuestro objetivo de cada jornada es contar lo que pasa. O lo que debería de pasar, porque desde esta Casa nos gusta implicarnos en el futuro de nuestras ciudades, y ayudar en lo que mejor sabemos hacer, contar las cosas, a la hora de buscar un futuro mejor para todos.

Más allá. No nos gusta contar malas noticias, sobre todo si estas afectan de forma tan cercana al vecino de nuestra calle.

Es lo que pasó cuando el 19 de octubre de 1965 una espantosa riada ahogó a Chiclana. Ojalá no hubiera pasado, ojalá no hubiéramos tenido que contarlo.

Hace 60 años la información llegaba al ciudadano de forma muy diferente a la actual, aunque la esencia periodística era la misma: contar las cosas que pasan con la mayor objetividad posible.

Aunque hoy parezca imposible, no existía internet. Las redes sociales, para lo bueno y para lo malo, estaban por inventar. Sólo teníamos un canal de televisión, TVE, con una recién nacida segunda cadena. Y la proliferación de emisoras de radio aún tardaría en llegar.

De esta forma, Diario de Cádiz, entonces ya casi con cien años de vida, se mantenía, como pasa seis décadas más tarde, como el punto de referencia informativa de toda la sociedad gaditana.

Una llamada a la histórica redacción de la calle Ceballos puso en alerta a todo el periódico aquel día de octubre. El río Iro se había desbordado a su paso por Chiclana. Rápidamente nuestros periodistas marcharon a la localidad (otros tiempos, otras formas de llegar, peores medios de transporte y de carreteras). Allí fueron Higinio Sáinz y Juan Martínez Neto ‘Juman’.

Al día siguiente la portada del matutino abría con un texto lacónico, pero a la vez rotundo y doloroso: “Chiclana, inundada”. Y dos imágenes captadas por Juman que reflejaban claramente lo ocurrido.

Diario de Cádiz mantendrá el ritmo informativo durante los días siguientes. Con imágenes de la población luchando por volver a la normalidad, y con el relato de las víctimas contado en primera persona.

Días después, el entonces director de este periódico, Emilio de la Cruz, lanzaba ya una llamada para buscar soluciones urgentes para evitar la repetición de esta tragedia.

Sesenta años más tarde, el río Iro es una parte más de una de las ciudades más dinámicas de Andalucía, y de un centro urbano cada día con más vitalidad.