Espacio

Así grabó un rayo azul la Estación Espacial Internacional

  • Los chorros azules son descargas eléctricas atmosféricas similares a un rayo de varios cientos de milisegundos de duración

Rayo azul grabado desde la EEI

Según han informado los científicos, un instrumento a bordo de la Estación Espacial Internacional ha detectado 'chorros' azules de relámpagos disparados hacia arriba desde las nubes de tormenta.

El hallazgo, que ha sido publicado en la revista científica Nature, se ha podido constatar gracias a la colección de cámaras ópticas, fotómetros y un detector de rayos X y gamma que se instaló en la Estación Espacial en 2018. Este aparato, según explican desde la Estación Espacial Internacional, está diseñado para buscar descargas eléctricas originadas en condiciones meteorológicas tormentosas que se extienden por encima de las tormentas eléctricas hasta la atmósfera superior.

“Los chorros azules son descargas eléctricas atmosféricas similares a un rayo de varios cientos de milisegundos de duración que se abren en forma de conos a medida que se propagan desde la parte superior de las nubes de tormenta hacia la estratosfera”, desvelan los investigadores en su artículo. “Se cree que se inician en una ruptura eléctrica entre la región superior cargada positivamente de una nube y una capa de carga negativa en el límite de la nube y en el aire de arriba”, continúan.

El astronauta danés Andreas Mogensen, que además es el primer danés en viajar al espacio, ha sido el primer científico que ha podido grabar este fenómeno.

Echa un vistazo a la tormenta de truenos completa, con un jet azul, sprites rojos y relámpagos, desde el punto de vista de Mogensen a unas 250 millas sobre la Tierra.

Rayo azul.

El investigador, en el documento publicado en Nature, informa que el chorro azul descubierto recientemente por ASIM fue provocado por una intensa serie de cinco destellos de 10 microsegundos cada uno.

El destello también produjo los llamados ‘elfos’, anillos en expansión de luz y emisiones ultravioleta que aparecen en la parte inferior de la ionosfera, a 50 millas (80 km) sobre la superficie de la Tierra. Están formados por electrones y ondas de radio que interactúan con la atmósfera.

Los expertos también creen que los rayos azules pueden influir en las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, algo que los estudios deben investigar más a fondo.

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