Sociedad

Río de Janeiro se prepara para el primer viaje internacional de Francisco

  • Jorge María Bergoglio regresa a América Latina como Papa para presidir la Jornada Mundial de la Juventud. El Pontífice renunciará a usar el papamóvil blindado y visitará una favela.

Jorge Mario Bergoglio vuelve hoy a América Latina, pero como papa Francisco, para presidir en Río de Janeiro la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que ya bautizó ayer como "semana de la juventud", a la que se espera que asistan más de dos millones de jóvenes de todo el mundo. Ayer, en la vigilia del viaje y ante varias decenas de miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro para el rezo del ángelus, el Obispo de Roma pidió a los fieles que le "acompañen espiritualmente con las plegarias" durante el mismo.

Francisco afirmó que en Río habrá tantos jóvenes de todo el mundo que la JMJ en realidad es la "Semana Mundial de la Juventud", en la que los protagonistas serán los muchachos, a los que animó a que pregunten a Jesús "qué tienen que hacer con sus vidas, qué quiere de ellos, cuál es el camino que deben tomar".

El Pontífice pidió también la intercesión de María, "tan amada y venerada en ese país" (Nuestra Señora de Aparecida es la patrona de Brasil y la visitará en su santuario el día 24) y puso en sus manos "esta nueva etapa de la gran peregrinación de jóvenes" por el planeta.

Esta es la primera JMJ -creada por Juan Pablo II en 1984- que preside Francisco, que la "hereda" de Benedicto XVI, que tenía previsto asistir, pero renunció al Papado el pasado mes de febrero.

Asimismo, se trata del segundo viaje del Pontificado de Bergoglio, tras la visita que realizó a la isla italiana de Lampedusa el 8 de julio para reunirse con inmigrantes indocumentados, y el primero internacional, que asume un mayor significado ya que Francisco vuelve a su continente de procedencia. Francisco partirá de Roma acompañado de su primer ministro, el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, y del Sustituto de la Secretaría de Estado (número tres del Vaticano), el arzobispo Giovanni Angelo Becciu.

La visita se produce en medio de las protestas sociales que están sacudiendo Brasil en las últimas semanas, que no han influido en el viaje, que Francisco realiza con "serenidad y confianza". "Tenemos total confianza en la capacidad de las autoridades brasileñas de gestionar la situación", reiteró el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que precisó que tanto el Papa como el Vaticano conocen las protestas y saben que no tienen nada de específico contra el Pontífice o la Iglesia.

Durante su estancia, el Papa no usará el papamóvil blindado, sino el todoterreno que utiliza todos los miércoles para la audiencia pública de ese día en la plaza de San Pedro. En Brasil, el Papa visitará un hospital para jóvenes indigentes, drogadictos y alcohólicos, y la comunidad de Varginha, en el complejo de favelas de Manguinhos, lugar hasta finales del pasado año controlado por bandas de narcotraficantes.

Allí viven unas 2.000 personas y el Papa tiene previsto caminar por la favela, entrar en una casa para saludar a sus habitantes y después reunirse con la comunidad en un campo de fútbol.

Francisco no es el primer Papa que visita una favela, pues ya lo hizo también Juan Pablo II durante una de sus visitas a Río. Juan Pablo II visitó Brasil en cuatro ocasiones y Benedicto XVI, una. Un total de 14.000 policías vigilarán la JMJ, para la que se han acreditado cerca de 6.000 periodistas de todo el mundo.

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