Sin duda su magnífica gastronomía es otro de los atractivos que ofrece la ciudad para quienes la visitan estos días y los establecimientos hosteleros son conscientes de ello. Así, las cartas de los diferentes locales se alteran un poco estos días y entran en el menú algunos de los platos y especialidades más típicos de estas fechas, y entre ellos no podían faltar las torrijas.

A las que elaboran los conventos locales como el del Espíritu Santo y las diferentes confiterías y pastelerías hay que sumar las que se pueden degustar en bares como La Herrería, reconvertidas también en tarta de torrijas, o en el restaurante El Arriate, donde las sirven cubiertas de crema caramelizada.

Además algunos establecimientos han optado por elaborar un menú completamente dedicado a la gastronomía de vigilia, como es el caso del hotel Monasterio de San Miguel, que hasta el próximo domingo 5 de abril tendrá en marcha sus jornadas gastronómicas dedicadas a estas fechas. El menú, con un precio de 30 euros por persona, incluye unos aperitivos que bajo el título El llamador incluyen una brocheta de pulpo y patata con pipirrana y una vieira rellena gratinada sobre su concha. La levantá incluye una crema de galeras al aroma de hierbabuena y Una chicotá ofrece después un timbal de bacalao al ajoarriero. El plato fuerte es La saeta, con un lomo de merluza confitado con salsa holandesa gratinada, mientras que para terminar ofrecen A su templo, donde no podían faltar las torrijas de vino bañadas con miel.

Estas jornadas son una buena manera de actualizar la tradicional gastronomía de vigilia, donde los frutos del mar ganan protagonismo ya en la recta final de la Semana Santa.