Semana Santa

Bochorno en la Madrugá

  • Decenas de personas ofrecen un lamentable espectáculo protestando con gritos y silbidos contra la junta de gobierno del Nazareno

 La decisión de la Junta de Gobierno del Nazareno de cambiar el recorrido del cortejo en su vuelta a Santa María levantó polémica nada más conocerse, pero en la madrugá del Viernes Santo esa división de opiniones se transformó en bochorno, en vergüenza por el espectáculo de ver a decenas de personas, perfectamente organizadas, gritando al paso de la cofradía.

Nada más llegar a la esquina de San Juan de Dios con Sopranis se intuía que algo iba a pasar. En años anteriores esa zona aparece prácticamente despoblada, pero ayer habían varias filas de personas. Pasaban unos minutos de las tres de la madrugada cuando la cruz de guía del Nazareno giró hacia la cuesta de San Juan de Dios buscando el Campo del Sur y dejó atrás Sopranis, la calle que históricamente lleva al cortejo hacia Botica y su templo. Fue en ese momento cuando comenzaron los silbidos, los gritos de “Junta dimisión” y “Nazareno por botica”, que disminuyeron en algunos insantes para arreciar cada vez que los penitentes comenzaban a andar.

Ni siquiera cesaron cuando el Señor de Cádiz hizo su aparición. Antes ya se había abierto un pasillo en San Juan de Dios para que la alcaldesa y el resto de los miembros de la corporación se introdujeran en el Ayuntamiento, posiblemente aconsejados por la Policía y con el fin de evitar que los ánimos se caldearan más todavía.

Tanto Policía Local como Policía Nacional habían organizado un operativo a fin de garantizar la seguridad y de que el Nazareno volviera a su barrio por las calles que había decidido la Junta de Gobierno elegida por los hermanos de la cofradía. Incluso se podía ver a agentes de paisano mezclados con los cientos de personas congregados en ese tramo del recorrido.

Delante del Nazareno, los miembros de la Junta de Gobierno y también del Consejo de Cofradías, que aguantaron estoicamente los gritos y hasta algunos insultos que no fueron a mayores por la presencia de la Policía.

Cuando el Greñuo, portando el bastón de mando de Cayetano del Toro en su monte de claveles, comenzó el ascenso siguieron los silbidos y los gritos, que ya a mitad del recorrido se tornaron en aplausos y vítores ante los mecidos de los cargadores. Y todo eso con la presencia de carteles donde podía leerse frases como: “La Junta de Gobierno traiciona al Nazareno, a su madre y al barrio de Santa María”.

El paso de la Virgen de los Dolores fue más tranquilo y los silbidos ya habían amainado.

Al filo de las cinco de la madrugada, con caras de circunstancias y después de haber llegado a su templo por el Campo del Sur, los pasos del Nazareno y su madre se encontraron en su barrio para entrar sin más problemas.

Ayer Cádiz vivió otro de esos momentos lamentables de su Semana Santa que se dan cada ciertos años, cuando se olvida su carácter religioso y se convierte en otra mera representación del folklore popular. Ya sea por la intensidad con que suenan las horquillas o un cambio en el recorrido, el caso es que algunos maleducados no necesitan más excusas para silbar a una imagen sagrada.

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