El Obispado confirma al nuevo hermano mayor de la cofradía de la Merced
Vicente Llorens tomará posesión del cargo en los próximos días, después de que no hayan sido atendidas las diversas reclamaciones presentadas contra el cabildo de elecciones del pasado 18 de julio
La cofradía de la Merced tendrá en los próximos días nuevo hermano mayor. Vicente Llorens ha sido ratificado por el Obispado como vencedor de las elecciones celebradas el pasado 18 de julio, dando así carpetazo la delegación diocesana a las diferentes reclamaciones que se interpusieron contra el proceso electoral tanto el día del cabildo como en los posteriores.
Efectivamente, han sido varios los hermanos que han presentado reclamaciones. La mayoría responden a un problema común: la imposibilidad de votar el día de las elecciones por no aparecer sus nombres en un censo del que sí formaban parte durante el período de revisión (según aseguran los testimonios de los reclamantes). A este problema repetido se le unen otras denuncias por distintas causas, que tampoco han sido atendidas por la Delegación Diocesana de Hermandades.
El origen de este desencuentro en el seno de la hermandad vuelve a ser, como en otras ocasiones, el de un proceso electoral al que concurren dos candidaturas que fueron aceptadas. De un lado, la de Vicente Llorens, que terminó ganando las elecciones (por 117 votos a su favor frente a 82 en apoyo a la otra candidatura y 8 en blanco) y cuyo nombramiento como hermano mayor ya ha sido decretado; y la de Alejandro Martínez, que ha presentado recurso de impugnación junto a esos hermanos denunciantes dando lugar al decreto recientemente emitido.
En concreto, habla la Delegación en el decreto de 7 impugnaciones de hermanos, aunque Alejandro Martínez (que también presentó reclamación) llega a contabilizar 16 hermanos afectados por no poder ejercer el voto al haber 'desaparecido' del censo. Y el delegado desmonta en los fundamentos la teoría de que originalmente esos hermanos sí estaban incluidos en el censo, asegurando que ninguno de ellos fue a comprobarlo en los plazos establecidos "por lo que la impugnación no puede ser aceptada".
Pese a esta decisión, la Delegación reconoce la "más que probable" existencia de "hechos extraños que afectan al censo". Y lo dice después de haber enviado a un delegado a velar por el proceso electoral (Juan Manuel Alcedo). Así, entre otras posibles irregularidades habla del "elevado número de altas que se dieron en algunos momentos, muy superior al de cualquier hermandad incluso con un número más elevado de hermanos"; o del hecho de que la mayoría de los reclamantes llevaban uno o dos años sin pagar las cuotas, "un deber básico", y se pusieron al día este pasado mes de mayo.
Por tanto, rechazadas las distintas reclamaciones, la misma delegación ha decretado el nombramiento de Llorens como hermano mayor de la Merced, cargo del que a priori tomará posesión en estos próximos días. Junto a él, conformarán la nueva junta de gobierno Juana Agraso Alba, Luis Agudo Fernández, Eduardo Doeste González, Manuel Esteban Galán Díaz, María del Carmen Olmedo Velázquez, María José Pérez Merino, Manuel Prián Chaves, Francisco José Ramírez Dopazo, Ildefonso Sánchez Alba, Antonio Septiem Pando y Juan Luis Virlán Revidiego.
La advertencia del Obispado
Pese a dar carpetazo (por ahora) a esta nueva polémica que rodea a la cofradía de la Merced, la Delegación de Hermandades no esconde su preocupación por los problemas que atraviesa en los últimos años, hasta el punto de que advierte que la situación de la hermandad "está al límite para dar lugar a una intervención duradera".
"Es tan dolorosa la situación de esta señera Archicofradía que desde hace años está sumida en una continua confrontación entre sus hermanos, que provoca enfrentamientos, abandonos, dimisiones y todo tipo de indeseables sucesos que a nada bueno pueden llevar", expone el delegado en el decreto que resuelve las impugnaciones al cabildo de elecciones, remarcando además que "han sido varios los directores espirituales y varios los hermanos mayores que han pasado durante estos años, por lo que no se puede focalizar lo sucedido en una u otra persona, sino en unos sentimientos no admisibles en una hermandad, que ya es hora de que se vayan superando".
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