Crónica del Jueves Santo

La cruz de la espera infinita en Cádiz

  • Las enormes colas para poder visitar las iglesias de las cofradías que tenían que procesionar el Jueves Santo y la Madrugada marcan la jornada

La cola para entrar en la iglesia de Santa Cruz recorría buena parte del barrio del Pópulo.

La cola para entrar en la iglesia de Santa Cruz recorría buena parte del barrio del Pópulo. / Julio González

Las colas de la penitencia que se ven muchos años en el Nazareno de Santa María o en el Medinaceli se han sustituido este Jueves Santo por la de cientos de ciudadanos que se han armado de paciencia para ver esta suerte de Semana Santa estática que tenemos por culpa de la pandemia. Da igual que cuando te pongas estés delante de la Casa del Almirante en el Pópulo y te falte un buen número de metros para llegar a la iglesia de Santa Cruz. La gente la hace con el peso de cargar con la cruz de la infinita espera.

Incluso en los sitios donde se hizo un llamamiento para que no acudiera la gente, como ha sido el caso de Afligidos, se formó la espera paciente Sagasta hacia arriba. Las tornas han cambiado en este 2021 y cuando antes te ponías en una acera y esperaba a que el Señor o la Virgen se te acercara y pasara delante tuya. Ahora somos nosotros los que vamos a su búsqueda. En San Severiano también había una larga cola para ver a las imágenes de la Oración en el Huerto al final de la mañana. A lo largo de la jornada todo fue en aumento, de manera que en Santa María llegaba la gente hasta el colegio de La Salle Mirandilla.

A falta de las habituales sillas que toda la jornada del Jueves santo poblaban la bajada de Jabonería, este año había un reguero de rosas que seguían el camino que tendría que hacer el Nazareno.

Varias personas rezan delante del Nazareno de Santa María. Varias personas rezan delante del Nazareno de Santa María.

Varias personas rezan delante del Nazareno de Santa María. / Julio González

Este año no hay debates sobre la Madrugada, sobre si se deben adelantar los horarios, si se deben eliminar los cortes o si al Señor de Afligidos le pega una banda de cornetas y tambores o de música. Todo es mucho más simple pero no por ello malo. En este 2021 no miramos al cielo más allá de que podamos coger una mojada en una cola. Pero pese a las esperas, a las limitaciones de las visitas, a que perdemos muchos de los elementos que complementan lo espiritual, como la música, el movimiento de esos altares que son los pasos o las largas filas de hermanos con sus túnicas, tenemos los detalles y el trabajo de cada una de las cofradías para que sus titulares luzcan de la mejor manera posible y para que, en muchos casos, los veamos de una manera algo distinta.

Por ejemplo, en el impresionante montaje realizado por la cofradía del Perdón el Señor parece otro con una corona de espinas y no con las habituales potencias que lleva. Tampoco estaban las cantoneras de la cruz, la aureola de San Dimas y los ropajes no tenían bordados algunos. En esta representación están la Virgen del Calvario, San Juan, la Verónica y las tres Marías. A ello se les une dos romanos que han cedido por Cigarreras, la calavera que va en el paso del Descendimiento y una túnica de la hermandad.

El llamativo Calvario representado por la cofradía del Perdón. El llamativo Calvario representado por la cofradía del Perdón.

El llamativo Calvario representado por la cofradía del Perdón. / Julio González

Precisamente un hábito con su medalla es el que llevaba puesto Pablo Ceballos Gallardo, que con sus 35 días de vida estaba en brazos de su orgulloso abuelo, Paco Gallardo, y con la madre Irene a su lado.

El Jueves Santo es día del Nazareno y esto es decir también de Santa María. Cuando dentro de la iglesia se hizo la visita oficial con la presencia del obispo de la Diócesis, Rafael Zornoza, y el alcalde, José María González ‘Kichi’, fuera había un grupo de mantillas que hacían cola con sus mascarillas negras a juego que hacían de cordón umbilical a un Jueves Santo cualquiera pero que a la vez era diferente al que todos recordamos.

Rafael Zornoza, se ha dirigido a los presentes señalando que “es un momento difícil para todos” debido a la pandemia. En un momento de la oración, el obispo ha puesto “a los pies del Nazareno todas nuestras plegarias y los ruegos de nuestros vecinos, de los que vienen, de los que no han podido venir y, especialmente, de los que lo están pasando peor”. Asimismo, también ha querido rezar “por las necesidades de tantos que están pasándolo mal, no solo por la enfermedad, sino por las penurias económicas”.

La gente espera en la calle Sagasta para poder entrar en San Lorenzo. La gente espera en la calle Sagasta para poder entrar en San Lorenzo.

La gente espera en la calle Sagasta para poder entrar en San Lorenzo. / Julio González

En el acto también ha intervenido el pregonero de la Semana Santa 2021, Iván Roa, que ha entregado una copia de su pregón a la cofradía del Nazareno, de la que es hermano. Asimismo, a los pies del Greñúo ha recitado un pasaje del texto que mostró el pasado Domingo de Pasión en el Gran Teatro Falla. Por último, ha firmado en el libro de honor de la corporación de Santa María.

En San Lorenzo se ha buscado en un Jueves Santo para los hermanos y en el que los actos religiosos han tenido el protagonismo, más allá de los montajes especiales.

Velas en San Severiano con el altar del Huerto al fondo. Velas en San Severiano con el altar del Huerto al fondo.

Velas en San Severiano con el altar del Huerto al fondo. / Julio González

Por su parte, en el Medinaceli, se han decantado por una representación a pequeña escala de lo que son los pasos de esta cofradía con algunos detalles deliciosos como un pañuelo que porta un angelito y que ha sido donado por una hermana. En el mismo va una frase que es muy significativa y que encierra también un deseo: “Tu pueblo anhela con Fe el suelo de poder besar tus pies”.

Mientras tanto, en extramuros los hermanos de Oración en el Huerto recibían a muchísima gente y en el altar intentaban recrear lo máximo posible los pasos para la salida procesional. Como detalle, la presentación de los respiraderos dorados de la trasera del paso y, como el ángel está en la exposición del museo, han rescatado el primitivo de Miguel Láinez Capote y al que se le ha puesto la misma vestimenta que tenía hace 60 años.

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