Semana Santa en San Fernando | Afligidos

Por cien Amarguras y un Lunes Santo

  • El himno de la Semana Santa abre la jornada a la salida de la hermandad de los Afligidos en una jornada precedida por su fama 

  • El lenguaje cofrade impera en una tarde gloriosa

En Semana Santa hay cosas que, simplemente, son así. Sin discusión. Como que se toque Amarguras para dar la bienvenida al Lunes Santo a la salida de la hermandad de los Afligidos para comenzar una jornada que llega siempre precedida por su fama cofrade. Y este año, en el que se cumplen cien de la marcha de Font de Anta, no iba ser menos. El himno de la Semana Santa suena a declaración de principios a primeras horas de la tarde del Lunes Santo, a manifiesto cofrade.La banda de música Fernando Guerrero, de Los Palacios y Villafranca, se encarga de ello.

Es casi como los mismos nazarenos que con la cola recogida a un brazo y el cirio en el otro –un gesto de lo más cofrade– se extienden por la plaza Madre Teresa de Calculta bajo un cielo perfectamente azul y buscan la calle Ancha. Todo es perfecto cuando suena Amarguras y en la tarde del Lunes impera solo una ley: Super omnia Christus. ¡Tan especial es la relación que la cofradía del Cristo tiene con la vieja marcha! Los clásicos, qué duda cabe, nunca fallan.

Y Afligidos es todo es un clásico desde la cruz de guía, al cuidado cortejo, los hermanos con cruces, los monaguillos con sus esclavinas... Hasta los andares "minimalistas" de la cuadrilla de cargadores que comanda Pepe El Mellao, que ayer volvió a hacer gala de su elegancia y discreción –marca de la casa– a medida que la gran tarde del Lunes Santo isleño iba tomando forma para volver a dejar el pabellón cofrade de la jornada en lo más alto.

Claro que el tiempo, como ocurrió el Domingo de Ramos, jugó completamente a su favor. Y aunque a la noche refrescó considerablemente, La Isla volvió a gozar de una tarde de pregón –valga el adjetivo– que animó a la gente a echarse otra vez a la calle para disfrutar de las siete horitas de oro que regala el Lunes Santo.

Y la hermandad de los Afligidos volvió a demostrar su agilidad. Llegó al centro por la calle Rosario para hacer su entrada en la Carrera Oficial poco después de las ocho de la tarde, cuando el palio de la Trinidad buscaba ya su salida de los palcos. Detrás empujaba la cofradía del Ecce Homo para cerrar una tarde de Lunes Santo verdaderamente redonda que ya buscaba la gloria de la noche.

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