San Lorenzo volvía a ser sede de la Semana Santa gaditana. Tras la salida el Viernes de Dolores de la orden de Servitas, este Domingo se preparaba para volver a salir a las calles de la ciudad la hermandad de Las Penas, una cofradía con cierto aire familiar que junto a la de Humildad da el toque céntrico a la primera de las jornadas de la Semana Santa.

En el cortejo de esta corporación todos y cada uno de los hermanos son personalmente citados para ocupar el sitio asignado; una labor que ha correspondido a la hermana mayor de la cofradía, Inmaculada Ruiz Gené, que desde el altar mayor ha ido mandatando las distintas instrucciones para que el cortejo, de manera ordenada, se ponga en la calle Sagasta.

A las tres y cuarto en punto de la tarde ha ordenado abrir la puerta de San Lorenzo, para que la Cruz de Guía de la hermandad, que estrenaba portador este año, iniciara el recorrido. La estrechez de la puerta ralentizó la salida de los dos pasos, con maniobras correctamente dirigidas por ambos capataces, José Antonio Casamitjana y Javier Gómez Pastoriza, que pese a estrenarse como responsables de las respectivas cuadrillas ya atesoran experiencia al frente de ambos pasos.

La primera levantá del palio de la Caridad en la calle la ha dado la pregonera de la Semana Santa, Toñi Martínez, que revestida con el hábito ha presumido de cofradía. No en vano, entre las grandes novedades de esta Semana Santa está el dorado del frente del paso del Señor de las Penas, una obra tallada por Juan Carlos García y dorada por Isabel Mariño, matrimonio que junto a su hija (que es restauradora) contemplaba con visible emoción la salida del paso desde el interior de la iglesia.

Con la marcha Caridad de Tus Penas a cargo de la Filarmónica de Conil tras el palio, iniciaba su caminar esta cofradía, que tres años después volvía a salir por la puerta de San Lorenzo.

Estando la cofradía en la calle, se produjo el retraso de 40 minutos provocado por el incidente en el palio de Borriquita, lo que obligó a ralentizar el tránsito de la hermandad y a parar el cortejo completo en Cristóbal Colón a la espera de que terminara de pasar la hermandad de San José por Nueva. Retraso que no restó el empaque y el buen hacer de la hermandad, con un palio de la Caridad que caminó realmente elegante por la ciudad.

Eran en torno a las 22.30 horas cuando la cofradía entraba en San Lorenzo, rematando un brillante regreso a las calles y evidenciando la evolución positiva que la hermandad viene experimentando en estos últimos años.