Diario Cofrade

Miércoles Santo en San Fernando: Silencio y delicadeza para el reencuentro con la Virgen de los Servitas

  • La Orden Seglar de los Siervos de María ha sido la primera en pasar por la Carrera Oficial este Miércoles Santo 

La Virgen de los Servitas en su paso de templete.

La Virgen de los Servitas en su paso de templete. / Juan Antonio Sánchez Bernal (San Fernando)

Servitas ha sido esta tarde de Miércoles Santo la primera en hacer su entrada en la Carrera Oficial y, por consiguiente, en estrenar la jornada en pleno centro de La Isla. Una tarde que se presentaba apacible y tranquila, completamente alejada de los sobresaltos de los dos últimos días que han empañado ese regreso triunfal de la Semana Santa tras dos años sin procesiones en la calle a causa de la pandemia.  

La tarde, claro está, había comenzado antes con la brillante salida que protagonizó la hermandad del Gran Poder. Y a esa hora en la que el Cristo de la Buena Muerte, portado en brazos de sus hermanos, se adentraba entre los palcos repletos de gente como punta de lanza el Miércoles Santo isleño se dividía también en dos mientras que en el Cristo Viejo otro silente cortejo, el de la Vera Cruz, emprendía su camino hacia la Iglesia Mayor.  

El silencio en el cortejo solo se ha roto por la campaña del muñidor, cuyos sones anuncian se encargan de anunciar por las calles que vienen los Servitas. El cortejo de la Orden Seglar de los Siervos de María ha incidido en esa otra cara del Miércoles Santo, la del sobriedad y el rigor dentro de la procesión que bien saben mostrar sus hermandades de negro, pero que no está ni mucho menos reñido con la delicadeza que envuelve al templete de la Virgen de los Dolores en el que sin duda es uno de los momentos más bellos de esta jornada de la Semana Santa isleña: esos breves minutos en el que ese paso único va dejando atrás la Iglesia Mayor a la luz de la tarde.

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