El reloj que preside la fachada principal del Ayuntamiento dejó de funcionar mucho antes de que el edificio se desalojara en el verano de 2006 para afrontar las obras de emergencia que entonces ingenuamente se pensaban continuar con la rehabilitación integral del inmueble, que no comenzaría hasta una década después. 

Se calcula que lleva cerca de 15 años parado. ¡Y no es una métafora de la situación de La Isla! Aunque hubo un tiempo –muchos lo recordarán– en el que llegado el  mediodía daba puntualmente la hora haciendo sonar los acordes del himno de Andalucía en la céntrica plaza del Rey, una singular ocurrencia del gobierno andalucista de la época de Antonio Moreno. 

Ahora que la gran obra toca a su fin y que los resultados empiezan a verse, evidentemente, la recuperación del reloj que se integra en el conjunto escultórico que remata la fachada ha pasado a un primer plano. Cuando el Ayuntamiento vuelva a ponerse en marcha, el reloj tendrá que volver a dar la hora. Sería incomprensible que no fuese así.

Así que el tema se ha convertido en uno de esos detalles finales que más importancia adquiere a medida que los trabajos de rehabilitación –se calcula que la intervención supera ya el 90 por ciento de ejecución– afrontan su terminación. De hecho, se espera que a principios de 2019 la obra haya concluido y que los distintos servicios y áreas municipales puedan volver al Consistorio.  Así que no queda mucho para que el reloj vuelva a echar a andar. 

En ello se trabaja desde hace tiempo, desde luego. Aunque el problema, fundamentalmente, es que en realidad no hay reloj. Los que han tenido la oportunidad de recorrer el interior del Ayuntamiento en alguna de las visitas guiadas que se han organizado durante los últimos meses para mostrar los avances de la obra han podido comprobar que no hay nada detrás de la esfera que marca desde hace década y media la misma hora. Toda la maquinaria fue retirada cuando se desalojó el edificio. Solo está el hueco vacío. 

Evidentemente, la primera intención en todo esto ha sido la de recuperar el viejo reloj, que por cierto no es el original que fue colocado en la fachada del Ayuntamiento sino una pieza reciente y moderna –del siglo XX– que fue adquirida en Valencia y que era, precisamente, la que tenía el mecanismo musical.

Incluso, la dirección de la obra –al frente de la que está el arquitecto Francisco Márquez y el estudio Alt Q– contactó hace varios meses con un relojero local para afrontar la tarea. Se recuperaron las piezas que estaban almacenadas y el especialista se puso manos a la obra. Sin embargo, pronto se vio que no había mucho que hacer. No es que resulte imposible volver a poner en marcha la maquinaria del reloj, pero sí que faltan piezas y otras están sumamente dañadas y deterioradas de manera que su recuperación y la adquisición de recambios resultaría más costosa que afrontar otras opciones.

No se trata de la pieza original del Ayuntamiento, como antes se ha apuntado, lo que sí justificaría un esfuerzo en este sentido, así que ahora mismo se están sopesando distintas alternativas para que el reloj del Ayuntamiento vuelva a dar la hora en 2019, cuando la obra se dé por concluida.

Porque además el reloj tendrá que encajar a la perfección en la remozada y colorida fachada que ahora muestra con orgullo el Ayuntamiento. Hace apenas una semanas que se han retirado los andamios y que ha quedado a la vista. De ahí que una de las cuestiones que se esté estudiando, precisamente, sea la de la iluminación que se le vaya a dar al reloj, que debe repartirse de manera homogénea por toda la esfera.