El PP de San Fernando volverá a recordar el viernes a Miguel Ángel Blanco y a todas las víctimas del terrorismo

El Partido Popular de San Fernando convoca a la ciudadanía a un acto de recuerdo y homenaje con motivo del XXVIII aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de la banda terrorista ETA. El acto tendrá lugar el próximo viernes 11 de julio, a las 10:00 horas, en la Glorieta General Lobo, y estará abierto a todos los vecinos, entidades, asociaciones e instituciones de nuestra ciudad.

Con el lema Somos memoria, esta edición quiere subrayar que somos lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hicimos en aquellos días de julio de 1997 que millones de españoles aún recuerdan con intensidad y emoción. Salimos a las calles para defender la vida de un hombre inocente, símbolo de todos aquellos que habían sufrido el zarpazo del terrorismo. No pudimos salvar su vida, pero salvamos algo irrenunciable: nuestra dignidad colectiva.

En palabras del Partido Popular, “este acto sencillo pero cargado de significado pretende ser un ejercicio de memoria, justicia y compromiso democrático. La repulsa al terrorismo, la empatía con todas las víctimas y la firmeza en la defensa de las libertades siguen siendo principios irrenunciables para nuestra sociedad”.

Durante el acto se rendirá homenaje no solo a Miguel Ángel Blanco, sino a todos los asesinados por el terrorismo. Se recordará la importancia de no ceder al olvido ni permitir el blanqueamiento del terrorismo, y se reivindicará la defensa de una democracia digna, frente a quienes hoy ostentan poder sin haber condenado la historia de terror que les precede.

Desde el Partido Popular se reitera que “no hay atajos ni componendas posibles cuando se trata de justicia, verdad y memoria. Los asesinos de Miguel Ángel Blanco deben cumplir íntegramente sus condenas. Se lo debemos a él, y a todos los que sufrieron por defender una España en paz, libre y constitucional”.

Finalmente, el PP de San Fernando hace un llamamiento a la ciudadanía a participar en este acto con el convencimiento de que la memoria de las víctimas no es solo un recuerdo, sino una guía para las generaciones futuras. Una responsabilidad compartida para impedir que la historia se reescriba desde la impunidad o el oportunismo político.