45 años del hotel Salymar

Tras casi medio siglo como alojamiento estrella de los turistas que llegan a La Isla en su periplo vacacional, el Salymar cumple 45 años desde su inauguración allá por el año 1967. Un periodo durante el cual este exponente del funcionalismo arquitectónico ha sabido mantenerse a flote pese a los cambios en la propiedad, las crisis o las obras faraónicas que, con mayor o menor fortuna, se han acometido en su entorno a lo largo de la última década.

Las 55 estancias que lo componen se encuentran completamente equipadas con todas las prestaciones propias de los más modernos hoteles de la Costa de la Luz. Su perfecta fusión entre el confort característico de los alojamientos vacacionales y una funcionalidad derivada de su naturaleza como hotel urbano fue posible gracias a la profunda remodelación llevada a cabo entre 1999 y 2003 por Veintidós, grupo que actualmente gestiona la propiedad del negocio. Pero ésta es solo la última etapa de una historia que se remonta décadas atrás.

El hotel original fue proyectado en 1956 bajo diseño de los arquitectos Casto Fernández Shaw y Antonio Sánchez Esteve, tras un concurso público propuesto por el Ayuntamiento ante la ausencia de establecimientos de esta índole en San Fernando. Constituye uno de los pocos ejemplos de arquitectura funcionalista en la ciudad junto con el centro de congresos -antiguo cine Almirante- y el centro de salud Cayetano Roldán, edificios con los que comparte cierta similitud morfoestilística por su fachada reticular y geométrica hecha a base de hormigón armado. Estas características permitieron su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC) y su inclusión en el inventario de patrimonio histórico andaluz en 2007.

La reforma acometida tras el fallecimiento de su primer dueño y posterior adquisición por el grupo Veintidós conllevó la redistribución de los espacios interiores, como la antigua cafetería -punto de encuentro habitual de varias generaciones de isleños- o la sala de recepción, que ahora ocupa el espacio de la anterior. Se respetó sin embargo el esqueleto básico del edificio, dado que los pilares se encontraban en perfecto estado de conservación, por lo que puede decirse que, en esencia, es el hotel de siempre pero adaptado a las necesidades del siglo XXI.

La cadena AC fue la encargada, durante algunos años, de prestar su imagen corporativa y gestionar las actividades de marketing -no así su propiedad, que siempre ha pertenecido al grupo Veintidós- del reinaugurado hotel Salymar. Un convenio que concluyó con la fusión entre esta casa y la norteamericana Marriots, cuando ocho de los hoteles promocionados por la antigua AC se desvincularon de AC by Marriots debido a incompatibilidades con el modelo propuesto por la nueva empresa. La cadena H2 ha sido la encargada de recoger el testigo con unos resultados más que satisfactorios.

Salymar, que continúa estando entre las opciones preferidas por los turistas, no ha dejado de sentir los efectos de una crisis que parece no tener fin. Crisis a la que se suman los problemas derivados de las obras del tranvía, los cuales han dejado al hotel en una situación "de complicado acceso para los clientes", apuntan desde la dirección. Tres carteles colocados en lugares estratégicos y la gran colaboración de la Policía Local a la hora de habilitar estacionamientos para los autobuses de visitantes y autorizar su acceso hasta la puerta del hotel durante el primer y último día de estancia del grupo en él, configuran el parche temporal para un problema de comunicaciones que aún no encuentra solución.

"Hemos pasado de un 80% de ocupación en julio a 20 puntos menos", indica la directora, María del Carmen López, convencida de que "esta caída coincidió justo con el comienzo de las obras en la calle Real". "Salymar se mantiene batalleando" -concluye- en una época donde los cuatro estrellas lo tienen difícil ante la reducción de precios en primera categoría". El equipo ha puesto en marcha una serie de medidas para hacer frente a esta situación, entre ellas, la bajada de tarifas, la admisión de grupos de visitas o la reducción del número mínimo de tres noches a una sola.

Familias con niños y clientes de empresa, normalmente nacionales, conforman el perfil de este establecimiento hotelero ubicado en el eje vertebrador de la ciudad. Una oferta que continúa siendo la más demandada durante el Carnaval y la Semana Santa, y por donde han pasado personalidades procedentes de mundos tan dispares como el deporte, la política o el artisteo nacional. Un negocio con solera.