La capilla de la Vera Cruz abrió ayer por fin sus puertas con una eucaristía que presidió el obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, a la que acudieron multitud de hermanos de la histórica cofradía y la feligresía de la zona. La apertura al culto del templo pone fin a una restauración tortuosa que ha envuelto en problemas económicos profundos a la entidad en los últimos años.

De cualquier manera la capilla del Cristo Viejo se inaugura tras una remodelación profunda que ha permitido recuperar un patrimonio que presentaba un fuerte deterioro. Casi nueve años ha pasado desde el traslado de las imágenes titulares a la iglesia del Santo Cristo para llevarse a cabo estos trabajos, a través de una escuela taller, origen de esas dificultades financieras.

En los últimos meses se ha culminado la reforma con la colocación del suelo y de la iluminación, entre otros detalles, una fase de la actuación que ha corrido a cargo de la parroquia, actual titular del inmueble, a través de donativos. Antes, sin embargo, las tareas desarrolladas en el interior de la capilla se centraron en los revestimientos horizontales y verticales y en los altares. Partes de los retablos laterales, por ejemplo, tuvieron que ser sustituidos por el mal estado que presentaban por el efecto de la humedad -precisamente por lo que se cambió el sistema de anclaje- y de los insectos. Ahora luce la policromía, los motivos dorados, que se habían perdido a lo largo de los años que acumula este monumento del siglo XVIII. Y las imágenes de los titulares de la hermandad de Vera Cruz descansan en el altar mayor.