Un viaje por la historia de Puerto Real: el Centro de Interpretación de la Cultura

A través de cinco ámbitos temáticos, el centro ofrece un recorrido cronológico desde la prehistoria hasta los tiempos modernos

Puerto Real acerca la historia de la ciudad a más de 300 escolares en el Centro de Interpretación de la Cultura

Centro de Interpretación de la Cultura de Puerto Real
Centro de Interpretación de la Cultura de Puerto Real / C. P.
C. P.

Puerto Real, 11 de agosto 2025 - 10:06

El Centro de Interpretación de la Cultura de Puerto Real, uno de los grandes desconocidos de la Bahía de Cádiz, no es un museo: es una puerta al pasado que permite descubrir la evolución histórica, económica y social de la villa. A través de cinco ámbitos temáticos, el centro ofrece un recorrido cronológico desde la prehistoria hasta los tiempos modernos, revelando cómo el territorio fue habitado, explotado, conquistado y reconstruido una y otra vez.

El Centro es, en definitiva, un homenaje a la memoria colectiva de un pueblo que ha sabido reinventarse a lo largo de los siglos. Con una museografía atractiva y contenidos rigurosos, este centro invita a vecinos y visitantes a redescubrir la riqueza patrimonial, arqueológica y cultural de una villa que, aunque marcada por los vaivenes de la historia, nunca perdió su identidad.

Este espacio, situado en pleno centro de Puerto Real, en la calle Real junto al Centro Cultural Iglesia de San José, se inauguro a finales de 2016 después de más de diez años de trabajos, con importantes parones, y más de un millón de euros de euros en inversión.

Prehistoria: los primeros pobladores

La visita comienza con una mirada al pasado más remoto, cuando las primeras comunidades humanas dejaron su huella en el entorno natural de la Bahía de Cádiz. El protagonista de este espacio es el yacimiento de El Retamar, donde se ha reproducido un enterramiento de hace más de 7.000 años. A través de herramientas de piedra —microlitos, cantos tallados, láminas con retoques— el centro muestra la transición desde sociedades cazadoras-recolectoras a grupos más sedentarios que comenzaban a cultivar la tierra y domesticar animales. Estos hallazgos evidencian una economía incipiente de producción y una organización tribal adaptada al entorno cambiante tras el final de la última glaciación.

Romanización: la antigüedad

El segundo espacio nos sumerge en la época romana, cuando el territorio fue integrado plenamente en la dinámica del Imperio. Desde el siglo III a.C., el proceso de romanización transformó radicalmente la zona, que pasó a formar parte de una red de comunicaciones, comercio y producción. Destacan los restos de alfares romanos como los de Cantera Lavalle, El Almendral o El Gallinero, que fabricaban ánforas destinadas al transporte de vino, aceite y salazones, productos clave para la economía imperial. Algunas de estas piezas han sido localizadas incluso en Ceuta o el norte de África, demostrando el carácter exportador de la región.

Entre los hallazgos más significativos está el mosaico de Puente Melchor, expuesto actualmente en el Museo Arqueológico de Cádiz. Este pavimento, de casi 37 metros cuadrados, decoraba el triclinium de una lujosa villa romana. Con motivos geométricos, florales y figurativos —entre ellos el dios Baco en el centro—, el mosaico no solo ilustra el esplendor de la villa, sino también las conexiones artísticas con el Mediterráneo oriental y África del norte.

Fundación: el Puerto Real de los Austrias

Saltamos al siglo XV, cuando los Reyes Católicos fundan la Villa de Puerto Real en 1483, en un contexto de tensiones entre Jerez y Cádiz. Se buscaba establecer un puerto leal a la Corona, desde donde partirían las expediciones contra el Reino de Granada. La nueva villa recibió privilegios, se organizaron sus salinas, se autorizó la navegación con Cádiz y se inició la construcción de la iglesia. Sin embargo, su independencia fue breve: en 1488 quedó bajo la tutela de Jerez. La lucha por la autonomía marcó su historia hasta que, finalmente, los propios vecinos compraron su libertad en 1676.

Esplendor: siglo XVIII, auge económico y urbano

El siglo XVIII trajo consigo un auténtico renacer para Puerto Real. La llegada de la Casa de la Contratación a Cádiz en 1717 consolidó la importancia estratégica de la Bahía. Aunque la villa fue saqueada por tropas anglo-holandesas en 1701, pronto comenzó una etapa de reconstrucción y prosperidad. La población se duplicó, alcanzando más de 10.000 habitantes a finales de siglo.

Puerto Real se convirtió en un centro vital para la industria naval, con el Arsenal de la Carraca y las instalaciones de El Trocadero como principales motores. La economía se diversificó con fábricas de jabón, jarcias, bizcocho y licores. El desarrollo urbano se refleja en la construcción del muelle, el abastecimiento de agua, el puente sobre el río San Pedro y el actual Mercado de Abastos. En cuanto a patrimonio religioso, destacan la Iglesia de San José, la de San Benito y el Hospital de Santo Domingo.

Decadencia y recuperación: del XIX al XX

El siglo XIX empezó con dificultades: la guerra contra Inglaterra, la fiebre amarilla y, sobre todo, la invasión napoleónica en 1810, supusieron un duro golpe para la villa. Más de dos tercios del caserío fueron destruidos, y la población se redujo drásticamente. A esto se sumó la pérdida de las colonias americanas, que afectó directamente al comercio marítimo y al sector naval.

Durante décadas, la villa vivió una etapa de ruralización y declive. Sin embargo, a partir de mediados de siglo comenzaron las señales de recuperación: la construcción de una línea férrea entre Jerez y El Trocadero, el surgimiento de ferias ganaderas y, sobre todo, la instalación de industrias vinculadas a la construcción naval. En el siglo XX, con la Compañía del Marqués de Comillas y otras iniciativas, Puerto Real retomó su vocación industrial, aunque no sin altibajos.

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