Incendio en el Río San Pedro: "Llevamos ya tres semanas en el exilio"

Este jueves, tres semanas después del incendio en el garaje del Edificio Miramar, se sacaban los últimos vehículos siniestrados del garaje y se realizaban pruebas de carga para conocer el estado de la estructura

Empieza el desalojo de los coches afectados por el incendio del Edificio Miramar en el Río San Pedro

Concluye el vaciado del garaje sinistrado en el incendio del Río San Pedro / C. P.

Tres semanas después de que se produjese el incendio en el garaje comunitario del Edificio Miramar de la barriada Río San Pedro de Puerto Real, la situación sigue siendo tan preocupante como al principio. Las 124 familias que residen en él han dado una lección de resiliencia. “No nos ha quedado otra que adaptarnos a lo que tenemos”, decía este jueves un vecino con cierta resignación.

Del garaje siniestrado salían hoy los últimos vehículos que quedaban en él. Los operarios de la empresa de Puerto Real, Reparaciones PAYCAR, que se ha encargado del desalojo, han trabajado durante más de una semana en un proceso que no ha resultado sencillo.

La imagen de este jueves era muy distinta a la de hace una semana. Apenas había expectación en la calle para conocer el estado de los coches y motos. Los vecinos ya sabían que cada coche que se sacaba iba directo al desguace. Entre ellos, el de Vanessa Núñez. “Hemos perdido el coche. Este va para el desguace”, decía con pesar. “Al principio solo le había visto la delantera y no lo veía muy mal, pero ya hemos visto el estado de la parte trasera y que se han activado todos los airbags, así que ya solo espera ver que me va a dar por el seguro”.

Menos daños ha tenido el vehículo de la familia de Milagros García, que desde la pasada semana está en un taller a la espera de que se valoren los daños. “Tenían que limpiarlo primero, después verlo de nuevo el perito y no sabemos cuánto nos va a costar”, explicaba. Para esta familia cada día que pasa, es un día sin ingresos en casa, ya que el vehículo -un taxi- es su medio de vida. “Seguimos sin ingresos desde el día 20 de noviembre, y haciendo frente al pago de autónomos, hipoteca y el día a día que no es poco”.

Vanessa lleva desde el día 20 fuera de casa. Se aloja con una amiga porque, además de la inhabitabilidad de edificio, ella reside en un bajo y reconoce que tiene miedo de entrar en casa hasta que sepa que la estructura es segura. “Tenemos que aguantar como sea. Poco a poco vamos a salir, porque lo material se recuperará”, decía la vecina sacando un optimismo que empieza a flaquear en el barrio.

Los propietarios d eun vehículo comprueban su estado tras salir del garaje
Los propietarios d eun vehículo comprueban su estado tras salir del garaje / C. P.

En eso trabajaban precisamente hoy los profesionales de una empresa de Sevilla, junto con el perito asignado por la compañía de seguros de la Comunidad de Vecinos. Realizaban pruebas de carga y análisis de las estructuras, para ver los posibles daños en el edificio, en la zona más afectada. Un estudio que no se podía hacer hasta que el garaje se vaciase de vehículos.

El principal problema del Edificio Miramar es que sigue sin ser habitable. Los vecinos no tienen red de saneamiento ni suministro de agua potable. El único avance en ese sentido desde que se originó el incendio, es que una parte de la finca, la que han denominado “zona verde”, puede hacer uso de los desagües del fregadero de la cocina. Siguen sin tener agua corriente, pero al menos cuentan con la posibilidad de poder cocinar en casa. Se han instalado cubas en la calle que recogen esos residuos.

Para el uso de los baños se habilitaron aseos químicos en el exterior del edificio, y este jueves el Ayuntamiento instalaba una toma de agua en el patio comunitario para evitar que los vecinos no tengan que ir hasta el centro cívico o la playa de la ministra a llegar garrafas de agua. También se sigue ofreciendo el uso de las duchas de la Sala de Barrio.

Aseos químicos en el exterior del edificio
Aseos químicos en el exterior del edificio / C. P.

“Para poder empezar a trabajar en el arreglo de la red de saneamiento hay que conocer con exactitud los daños y habilitar un campo de trabajo para que las empresas puedan empezar a trabajar”, explica Paola Ruiz, administradora de Omega Fincas, que gestiona la comunidad del edificio.

Por lo tanto, el equipo técnico que coordina los arreglos aún no puede dar los plazos que los vecinos demandan. “Ahora mismo, que por el momento se desconocen las causas que originaron el incendio, la comunidad de vecinos es una afectada más”, apostillaba Ruiz.

“Ya llevamos tres semanas en el exilio y, lo peor de todo, no sabemos hasta cuándo vamos a seguir así”, lamentaba una vecina que desde el 20 de noviembre esta “ocupando” la casa de unos familiares en Cádiz.

Al margen de esto, uno de los principales problemas está siendo la “guerra de seguros”. Hasta el momento, el seguro de la comunidad de vecinos ha estado respondiendo, pero los seguros privativos, los que cada vivienda tenía contratado, generan situaciones particulares que en muchos casos no dan cobertura a los vecinos. También se están produciendo desencuentros con la “letra pequeña” de los seguros vehículos dañados.

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