SEMANA SANTA DE PUERTO REAL

Viernes Santo de luto y emociones con la Soledad de 'La Roldana'

Virgen de la Soledad ante la Iglesia de la Victoria

Virgen de la Soledad ante la Iglesia de la Victoria / C.P. (Puerto Real)

La Virgen de la Soledad, una de las imágenes de mayor relevancia de la Semana Santa de Puerto Real, protagonizó la noche del Viernes Santo. Por primera y única vez en esta Semana de Pasión, se abrían las puertas de la Iglesia conventual de la Victoria para la salida procesional de la Venerable y Real Cofradía de Penitencia de Ntra. Sra. de la Soledad y Santo Entierro de Ntro. Señor Jesucristo.

El Cristo Yacente procesionó fuera de la urna El Cristo Yacente procesionó fuera de la urna

El Cristo Yacente procesionó fuera de la urna / C.P. (Puerto Real)

Nada más abrirse las puertas de la iglesia ya se podía apreciar uno de los principales cambios de la cofradía. Tras un cabildo celebrado en el año 2021, se aprobó por unanimidad el cambio de hábito de la Hermandad. Así, este año los tramos de hermanos que acompañaban al Cristo Yacente estrenaban nuevo hábito consistente en cíngulo burdeos, túnicas negras con botonadura burdeos y antifaz negro con el escudo de la hermandad bordado.

Cuando todos los hermanos habían salido de la Iglesia, sonaban los acordes de la Sociedad Filarmónica de San Fernando, anunciando la salida del Cristo Yacente desde la Casa se Hermandad. Una imagen que este año se podía contemplar con total plenitud ya que procesionaba fuera de la urna de cristal con la que suele salir. Un hecho este que se produce cada cinco años, cuando la imagen de la Soledad también viste de riguroso luto.

Con el paso ya en la calle se produjo el acto de la primera levantá que este año la Hermandad concedió a Protección Civil, en el caso del paso de misterio, y a la Policía Local de la ciudad en el caso del paso de palio.

Como es habitual en esta cofradía, cientos de personas se daban cita en la Plaza Madre Loreto para presenciar la salida de la cofradía del Viernes Santo, que nada más salir del templo se dirigió, por calle Amargura, hasta la Residencia de Mayores Joaquina de Vedruna.

Esta entidad, vinculada desde sus orígenes a la Hermandad, volvía a vivir su día grande y todos los residentes del centro salieron a la puerta para disfrutar del desfile, y de la saeta que, una vez más, interpretó María José Vadillo. También allí el capataz del paso de misterio cedía el testigo a una de las trabajadoras de la residencia para que hiciese una llamada a costaleros.

Mientras eso se producía en la puerta de Vedruna, la Virgen de la Soledad salía a la calle inundando todo el barrio con el esplendor de una talla de incalculable valor artístico, salida de las manos de Luisa Ignacia Roldán ‘La Roldana’.

De riguroso luto, la Virgen se reencontraba con su barrio. El fuerte viento, que deslució mucho el cortejo, impedía que la Soledad luciese con la candelería del paso encendida. Pero, aun así, la sola presencia de la imagen en la calle se convertía en el centro de todas las miradas. La Banda de Música Pedro Álvarez Hidalgo acompañó, una vez más, a la Señora de Puerto Real.

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