La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a un indigente a la pena total de nueve años de prisión por agredir sexualmente a una mujer de San Fernando y amenazarla de muerte si denunciaba lo sucedido.

Se da la circunstancia de que el sintecho se encontraba privado de libertad por esta causa desde el 3 de octubre de 2016, un día después de que ocurrieran los hechos. Ahora, el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia ha acordado prorrogarle la prisión preventiva hasta la mitad de la pena impuesta, esto es, hasta el 29 de marzo de 2021.

La sentencia, que no es firme y puede ser recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), considera probado que el 2 de octubre de 2016, sobre las 3:00 de la madrugada, el acusado, mayor de edad y con antecedentes penales, estaba en un garaje abandonado de San Fernando, donde vivía como indigente en compañía de una pareja, si bien en aquel momento la mujer se encontraba sola en su compartimento pues había mantenido una discusión verbal con su compañero sentimental y éste se había marchado a casa de sus padres.

El procesado aprovechó esta situación y se colocó al lado de la isleña, que estaba medio dormida. Acto seguido y con el propósito de satisfacer su ánimo libidinoso, comenzó a realizarle tocamientos por las piernas y los pechos. La víctima le refirió que se fuera de allí y asustada por la insistencia del encausado, se levantó con la intención de zafarse, lo que no consiguió porque su agresor la agarró por los pelos, la tiró al colchón y se tumbó encima de ella.

Tal y como apunta la resolución judicial, a pesar de que la víctima forcejeó para incorporarse, no pudo evitar que el acusado la agrediera sexualmente.

Una vez que el indigente dio por concluido el ataque sexual y se quitó de encima de la mujer, le exhibió una navaja multiusos de color rojo y otra navaja de mango color gris, ambas de ocho centímetros de hoja, conminándola a que se estuviera allí quieta y que no lo denunciara "o tendría que hacerle daño y podría matarla". Estas amenazas provocaron en la víctima "mayor miedo del que ya tenía", razón por la que se mantuvo quieta hasta que su agresor recogió todas sus cosas y se marchó del lugar. Sólo entonces la mujer saltó la valla trasera del garaje para ir a la Comisaría de San Fernando a denunciar la violación.

Como consecuencia de este episodio, apunta la sentencia, esta vecina de La Isla sufrió lesiones equimóticas en la zona posterior del cuello, en el antebrazo, en la mama derecha y en la séptima vértebra cervical. Requirió de asistencia sanitaria y tardó cinco días en curar.

Además de la pena privativa de libertad de nueve años, la Audiencia Provincial de Cádiz ha impuesto al procesado la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros respecto de la querellante, su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro que pudiera frecuentar así como de comunicarse con ella por cualquier medio durante once años. También debe indemnizarla en 10.150 euros por los daños físicos y morales causados.