El PSOE y el PP volvieron a enzarzarse ayer una vez más a cuenta de la autopista de peaje Cádiz-Sevilla (AP-4). Y ese enfrentamiento se produjo por duplicado, primero con un debate en el Parlamento de Andalucía y luego con un cruce de acusaciones por parte de diputados nacionales de ambos partidos. Curiosamente ambas formaciones políticas se acusan de lo mismo, de ser muy beligerantes contra el peaje cuando están en la oposición y de ser muy sumisos con el Gobierno de España cuando el presidente es alguien de su partido.

En el Parlamento andaluz el PP, a través de su diputado Juan Bueno, acusó al Ejecutivo de Susana Díaz de olvidarse ya de sus reclamaciones al Gobierno de Rajoy para que liberara la AP-4 con urgencia y no esperara a que acabara la concesión a finales del año 2019. "Eso es pasar de una forma cicatera de la política de confrontación a la de seguidismo", dijo.

En su respuesta, el consejero de Fomento, el socialista Felipe López, lamentó la "falta de pudor" del PP andaluz porque, dijo, la Junta "sigue pidiendo al Gobierno de España lo mismo que venía pidiendo antes". Así, López apostilló que la Junta va a pedir al Gobierno de Pedro Sánchez "que si hay Presupuestos Generales del Estado para el próximo año ,y si es posible, que levante el peaje de la autopista antes de que acabe 2019".

Pero en paralelo a ese debate se vivía otro enfrentamiento sobre este mismo asunto. Y ese choque lo provocó el diputado socialista por Cádiz Salvador de la Encina que, al defender la gestión del Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre la AP-4, dijo que el PSOE "no es partidario de los peajes porque son elementos de discriminación territorial". Y para corroborar esta afirmación sentenció que "ningún Gobierno socialista en 40 años de democracia ha puesto ningún peaje en España".

Estas palabras provocaron la reacción de Teófila Martínez, diputada nacional del PP por Cádiz, quien se apresuró a recordar que en 1986 el Gobierno socialista de Felipe González "prorrogó el peaje de la autopista Cádiz-Sevilla durante siete años más", pasando entonces el final de la concesión de 1999 a 2006. Martínez mostró además su sorpresa por que el actual ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunciara días atrás que el Gobierno sacaría a concurso los trabajos de mantenimiento de aquellas autopistas que fueran siendo rescatadas por el Estado, una maniobra que el PP ha calificado ya como "peaje encubierto".