tribuna

Liberales y perseguidos (III)

  • Tras el trágico reinado de Fernando VII, la logia San Juan adopta el sobrenombre de la Fénix como homenaje a los hermanos fallecidos y represaliados por sus ideas liberales

El Ave Fénix y el lema Fidelitas Moribus Unitas.

El Ave Fénix y el lema Fidelitas Moribus Unitas. / D. C.

La logia San Juan, a través del siglo XIX, pasaría por numerosos avatares. Desde su casi desaparición salvada in extremis precisamente por los españoles hasta el auge y apoyo de los gibraltareños en la expansión de la masonería en el complejo Cádiz decimonónico. Una vez superado el trágico reinado de Fernando VII, la logia adoptó el sobrenombre de la Fénix como homenaje a los hermanos fallecidos y perseguidos por sus ideas liberales (o dicho de otra manera, por su lucha contra el oscurantismo y la represión fernandina). Una nueva bandera incluyó al Ave Fénix, el lema Fidelitas Moribus Unitas y la frase "De mi todos, para todos y por todos".

Resulta evidente que los gibraltareños, que no tuvieron problemas de índole político en su territorio ni por la presencia de los liberales, se sujetaron a las normas impuestas por los británicos, reconocieron el heroísmo de los españoles al tratar de superar su complicada situación (exiliados y perseguidos por la defensa de la Constitución de 1812 y tras haber soportado la guerra contra Napoleón a favor de un rey que les traicionó en cuanto pisó España).

En 1832, la Gran Logia Unida de Inglaterra decide reasignar las numeraciones de las logias (debido a las bajas producidas) y le adjudica a la St John el número 132, significando así que seguía ganando números en antigüedad y supervivencia. Otra cuestión que parece derivar de estas fechas es el ritual utilizado. No se sabe con certeza pero la mayor parte de los estudiosos coinciden en que la San Juan utilizaba el rito escocés antiguo y aceptado (R.E.A.A.) al ser el más habitual entre los masones de origen español. Hasta 1927, no cambiaría el ritual REAA al emulation en idioma español (o "emulación", el más característico de las logias inglesas). En este mismo año, cinco masones gaditanos que habían sido iniciados en la logia San Juan trataron de constituir la logia La Amistad en la capital gaditana, sin éxito en el tiempo.

Se constata a través de los archivos de la logia de San Juan que durante todo el siglo XIX y XX hubo presencia de gaditanos como miembros o visitadores en la logia. Muchos de ellos fueron ciudadanos anónimos con las más diversas ocupaciones. En otros casos, notables personajes como los miembros de la familia Haynes (los propietarios de la pequeña industria marítima sita en Puntales) o el caso ya conocido de Cayetano del Toro.

Esa "presencia gaditana" no fue meramente testimonial. En el caso de los hermanos Haynes, significó la fundación nuevas logias en Gibraltar bajo su impulso y el reforzamiento de los lazos con los masones gaditanos hasta la absoluta familiaridad. Al ser la logia "de los españoles", sus archivos contienen bastante información de la historia masónica gaditana, tanto directa (gaditanos iniciados en San Juan) como documentos relacionados con logias gaditanas que se depositaban allí para salvaguardarlos. Pero esta logia también mantuvo contacto con otros puntos masónicos españoles como Algeciras, Málaga, Barcelona o Cartagena, por citar solamente algunos ejemplos. La mayor parte de las veces, dichos contactos se limitaban a socorrer a familias desamparadas de masones fusilados, presos o exiliados. Y no podemos dejar de señalar el papel que algunos gaditanos de la logia San Juan desempeñaron en la historia de la masonería llanita. Entre las anécdotas más curiosas podemos citar que algunos de ellos quisieron fundar una logia en Bombay bajo el patrocinio de la Gran Logia Unida de Inglaterra o aquel residente gaditano llamado Ángel Martín que fundó una logia de habla española en Nueva Orleans y sería uno de los fundadores de la Gran Logia de Louisiana en los EEUU.

El siglo XX traería profundos cambios a la vida gibraltareña con las dos guerras mundiales y que afectarían, lógicamente, a la logia de San Juan. En el período bélico europeo, fueron muchos los militares británicos, fuerzas auxiliares y militares aliados que se iniciarían o formarían parte de la logia gibraltareña. Pero mención aparte merece la situación en la Guerra Civil española y cómo afectó a los masones gibraltareños. Es de sobra conocido que la represión se cebó en los masones y que solo unos pocos pudieron escapar y alcanzar la villa gibraltareña. Nuevamente se ejerció -como había sucedido con los liberales del XIX- el deber de socorro a los hermanos y sus familias en desgracia. La logia de San Juan, en la medida de lo posible y siempre dentro de los cauces legales del régimen franquista, remitió ayudas a los presos en el penal de El Puerto o a sus familias. No cabe duda que el gobierno británico mantenía una neutralidad vigilante contra el franquismo, pero si no se provocaban incidentes diplomáticos, no se obstaculizaba el auxilio masónico. Al acercarse la finalización de la Segunda Guerra Mundial, España se tornaría a favor de los aliados y Gran Bretaña insistiría en la neutralidad frente a los asuntos internos españoles. Pero durante la Segunda Guerra Mundial, la población civil gibraltareña fue evacuada de la Roca y dispersada por las islas británicas europeas o caribeñas. Este éxodo gibraltareño afectó a la paralización de las actividades de las logias. De hecho, toda la documentación de las logias -excepto la de la logia San Juan, que fue escondida perfectamente- fue evacuada a Londres por vía marítima para evitar que cayese en manos fascistas si Gibraltar era invadida.

Cuarta entrega, el lunes 26

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