EL SEXTANTE DEL COMANDANTE

V Centenario: ¿Qué fue del 'Engelen'?

  • Un navío con historia. Se acaban de cumplir cinco siglos del hundimiento en el puerto de Pasajes del galeón danés que trajo a España al Rey Carlos I. Sorprende la desidia por reflotarlo

Caracterización probable del 'Engelen'.

Caracterización probable del 'Engelen'.

Con el paso de los días cada vez son más los eventos que se vienen celebrando a lo largo de la geografía nacional relacionados con el V Centenario de la Expedición de Magallanes, que culminara Juan Sebastián Elcano con la primera circunnavegación del globo.

Bajo la Presidencia de Honor de Sus Majestades los Reyes, el Real Decreto 582/2017 de 12 de junio crea y desarrolla una Comisión Nacional para la conmemoración del V Centenario de la expedición; Sanlúcar clausuró brillantemente el pasado 21 de septiembre el II Congreso Internacional sobre la Primera Vuelta al Mundo; en fecha reciente se han descubierto en un archivo familiar de Guipúzcoa ocho documentos inéditos referidos a la correspondencia mantenida después de la hazaña entre el Rey Carlos I y su principal protagonista, Juan Sebastián Elcano, y Sevilla se prepara también para echar su cuarto de espadas, pues aunque nadie puede discutirle a Sanlúcar el protagonismo de que en su Pago de Barrameda comenzara y viera su final la gloria de la circunnavegación, no es menos cierto que la Casa de Contratación, entidad que gestionó la epopeya, resultó de importancia capital para su resultado, pues de su entonces famoso muelle de las Mulas salieron las naos a enfrentarse a las dificultades de la mar, las flechas de los indios, el hambre, la sed y el escorbuto, además de la obstinación de los portugueses en sabotear la expedición.

Tuve la suerte de participar en los actos de celebración del V Centenario del Descubrimiento como un entusiasta oficial a bordo del Juan Sebastián Elcano, inmerso entonces en aquella explosión de júbilo y color que fue la gran Regata Colón 92. Entonces la partida de Palos de las carabelas que habrían de traer noticia a la vieja Europa de un nuevo mundo no se celebró como seguramente se hará próximamente con la salida de Sanlúcar de las cinco naos de Magallanes, principalmente porque entonces el acto a encumbrar era el avistamiento de la isla de Guanahaní el 12 de octubre de 1492 al que siguió aquel grito de "tierra a la vista" con el que Rodrigo de Triana unió dos mundos que aún no se conocían. Ahora la cosa es diferente, pues el 10 de agosto de 2019 para Sevilla y el 20 de septiembre del mismo año para Sanlúcar, constituirán el pistoletazo inicial de un sinfín de celebraciones durante tres años, hasta que el 6 de septiembre de 2022 se ponga la guinda a todas ellas con el emocionado recuerdo del regreso a España de una nao desvencijada con 18 espíritus famélicos a bordo que acababan de dar por primera vez la vuelta "a toda la redondez de la tierra".

Yo espero que todos los momentos y personajes relevantes tengan su reconocimiento, y por poner un ejemplo voy a citar a un completo desconocido para muchos como es el jerezano Ginés de Mafra, que sobrevivió al viaje aunque no regresara con Elcano a Sanlúcar y cuya vida y vicisitudes constituirían un magnífico guión en Hollywood de no haber visto la luz en esta piel de toro tan poco considerada con los suyos. Tiempo hay, desde luego, para que las autoridades municipales jerezanas distingan con su nombre una calle de su ciudad, de forma que cuando llegue el momento se le pueda dar en la muerte lo que no tuvo en vida.

Pero hoy quiero referirme a un homenaje que no se ha dado y que ya no tiene solución. Me refiero al olvido de los restos del galeón Engelen, el buque en el que el 17 de septiembre de 1517 Carlos de Habsburgo llegó a España desde la lejana Flesinga.

A la muerte de Fernando el Católico en 1516, ante la imposibilidad de que su hija Juana heredara la corona debido a sus desarreglos mentales, y en vista de que los nobles castellanos parecían más inclinados a la coronación del dócil Fernando, su hijo menor, el regente Cardenal Cisneros advertía a Carlos de que de no presentarse en España podría perder el trono. En esos momentos Carlos no estaba excesivamente interesado en reinar en España, pero sí en ser nombrado emperador del Sacro Imperio Germánico, asunto para el que necesitaba un dinero que no tenía, pero que podía salir de las arcas castellanas y aragonesas. Con la intención de conseguirlo, el aspirante a rey y emperador decidió navegar a nuestro país España para hacerse patente a los españoles, y como no tenía fondos pidió prestado un barco a su cuñado Christian II de Dinamarca, embarcando finalmente en el Engelen, galeón que, debido a un fuerte temporal, fue arrastrado hasta Tazones, en el concejo asturiano de Villaviciosa. Una vez en tierra, Carlos corrió a Tordesillas a entrevistarse con su madre, de la que obtuvo la corona de Castilla y Aragón, y pocos días después, en Valladolid, recibía la visita de un misterioso navegante portugués de nombre Fernando de Magallanes que venía huyendo de Manuel I de Portugal y decía conocer la ruta al Moluco, la ubérrima tierra de las especias donde el jovencísimo rey de 17 años pensaba que podría obtener el dinero que tanta falta le hacía.

Mientras tanto, obedeciendo órdenes reales, el Engelen se mantenía a la espera de acontecimientos arreglando desperfectos en Pasajes. Se trataba de un barco bastante grande para la época: 1.500 toneladas, 35 metros de eslora y 13 de manga, tres puentes y cuatro palos. Estaba fuertemente artillado y decorado conforme a la dignidad a la que servía, con un Cristo en la vela mayor y otros santos y las Columnas de Hércules en el resto del velamen. Cuando el capitán fue requerido para aparejar el buque con idea de conducir al destierro en Flandes al molesto Fernando, un incendio repentino y seguramente intencionado terminó por hundirlo. Desde entonces, a lo largo del tiempo se han ido recuperando las piezas metálicas correspondientes a los cañones, pero una indolencia tan extraña como el incendio que lo hundió ha impedido su reflotamiento así como la búsqueda de pruebas de su probable sabotaje. Y ahora el V Centenario de su llegada a Tazones también ha sido olvidado por la administración. Aunque bastante tienen los que nos gobiernan con los episodios que están sucediendo en la otra punta de España. Para eso sí hace falta tino.

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