La tribuna

La evolución de las dos orillas

La evolución de las dos orillas
Rosell
Juan Ramón Medina Precioso
- Biólogo Y Escritor

Uno de los hechos más notables de la transición a la democracia fue que los reformistas provenientes del franquismo y los socialistas pretendieron retrasar la legalización del PCE, a cuyos dirigentes ofrecieron que se presentasen a las elecciones como independientes. Hasta la Semana Santa de 1977, unos meses antes de las elecciones, no los legalizó Suárez. Aunque aceptaron la monarquía parlamentaria como forma del Estado, los comunistas no olvidaron la pinza a la que los sometieron los reformistas y los socialistas. Pasados los años, y con el PCE en pleno declive electoral, Julio Anguita capitaneó la constitución de Convocatoria por Andalucía. Al poco nació Izquierda Unida y de ahí que compareciese a las elecciones andaluzas bajo las siglas de IU-CA. Fue en esa etapa cuando Anguita elaboró su teoría de las dos orillas: en una orilla política se encontraba IU y en la otra orilla estaban tanto Alianza Popular como el PSOE. No había que establecer pactos en función de las siglas, sino en función de los contenidos. El brillante Luis Carlos Rejón aplicó eficazmente esa política, que le rindió buenos resultados electorales. No obstante, al final se impuso la línea de Rosa Aguilar: “No dejaremos por acción, ni por omisión, que gobierne la derecha”. Se abandonaba la política de las dos orillas y se adoptaba la de pactar exclusivamente con el PSOE. Así se formaron los primeros gobiernos andaluces de coalición entre los socialistas y los comunistas. Un emergente Antonio Maíllo, profesor de Latín, fue nombrado Director General de Administración Local. Previamente había ayudado a conformar IU-CA y se había integrado en el PCE.

El hueco dejado por IU fue rellenado por el primer Podemos. Aunque menos elegante que el de Anguita, su lema no era más que una nueva formulación de la teoría de las dos orillas: “¡PSOE, Pepé, la misma mierda es!” Capitaneados por Pablo Iglesias, su aspiración inicial, “el cielo se toma por asalto”, no se basaba en pactar con los socialistas, sino en desbordarlos por la izquierda. Pero, al igual que había ocurrido en IU, finalmente se impuso la línea pactista impulsada por Errejón. Así, los de Podemos aceptaron formar el primer gobierno español con ministros comunistas desde la República. Una vez constituido Sumar, la oportunista Yolanda Díaz prescindió de los ministros de Podemos, cuyos representantes pasaron a formar su propio grupo parlamentario. No obstante, no por eso recuperaron la línea de las dos orillas, sino que Ione Belarra propuso al PSOE que se radicalizase (todavía más) para “reventar a la derecha”.

Las primeras palabras del profesor Maíllo, que ha sido nombrado candidato de IU a la presidencia de la Junta de Andalucía, abonan la idea de que no seguirá la línea de las dos orillas predicada por su predecesor, el añorado Anguita. Según ha señalado, IU no se conforma con ejercer de oposición, sino que quiere gobernar en Andalucía. Puesto que no lo lograría sin el concurso de los socialistas, el programa de Maíllo implica coordinarse con el PSOE, e incluso quizás subordinarse a sus directrices. De hecho, el propio Maíllo, una figura política respetable y sin duda el mejor candidato que podría presentar la extrema izquierda en Andalucía, ha elogiado el papel que los representantes de su formación, como la ministra Sira Rego, están desempeñando en el gobierno de coalición nacional. Aunque Podemos no se integre en la candidatura de Maíllo, no quedará nadie a la izquierda que defienda la teoría de las dos orillas, pues tampoco la Izquierda Española del abogado Del Valle ha dado señales en ese sentido.

Curiosamente, la bandera de las dos orillas ha sido recogida por Vox, una formación de extrema derecha. Su dirigente Santiago Abascal culpa al bipartidismo formado por el PP y el PSOE de los males de los españoles. Habiendo recogido más de un millón de votantes que antes optaban por el PP, quizás ahora Vox penetre en los caladeros de la extrema izquierda. En las próximas elecciones andaluzas lo veremos. Es una de las ventajas de la teoría de las dos orillas, como bien había comprendido Anguita, que no en vano fue alcalde de Córdoba con los votos de muchos centristas e incluso derechistas.

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