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José De Mier Guerra /

La visita de Trujillo

21 de octubre 2012 - 01:00

Tengo un fugaz recuerdo de mi niñez sobre una visita, que resultó como un relámpago, del General Trujillo y su familia a nuestra población. Por entonces yo solo tenía siete años de edad y de aquel acontecimiento siempre recuerdo una alacena, que se encontraba en la clase del colegio, repleta de banderitas con los colores rojo y azul de la bandera de la República Dominicana y que estuvimos en la calle, no recuerdo cual, pero si hasta bien tarde blandiendo los banderines y viendo pasar los coches que formaban el séquito, esto último lo supongo.

La visita de la familia Trujillo a Chiclana se realizó el 24 de Junio de 1954 y el motivo parecía ser de carácter particular, pues la esposa (tercera) del general, María de los Ángeles Martínez de Trujillo, quiso conocer el pueblo donde nació su madre Sebastiana Alba Martínez.

Hoy, casi sesenta años después de aquel acontecimiento, me llama la atención el enorme empeño y celo que pusieron en los actos las autoridades municipales, pues realmente consiguieron movilizar a toda la ciudad, que entonces contaba con 18.000 habitantes.

Trujillo fue un dictador de la República Dominicana, que gobernó como generalísimo del ejército desde 1930 hasta 1961, en que fue asesinado. El general aunque siempre estuvo mandando durante esos 31 años, unas veces lo hizo directamente como presidente de la república y otras desde la sombra, mediante presidentes impuestos por su persona. En el momento de su visita a nuestra ciudad, ejercía la presidencia su hermano Héctor Bienvenido Trujillo.

También llama la atención que en aquellos actos no participaron ninguna autoridad provincial ni nacional, solo las locales. Estas fueron a recoger a los visitantes a la entrada del término municipal, en tres caminos, a las seis y media de la tarde y desde allí se organizó la comitiva hasta el ayuntamiento de la ciudad. En el salón de plenos se pronunciaron sendos discursos por parte del alcalde y del generalísimo y se le hizo entrega a la esposa del general de un pergamino por el que se concedía "a la Excma Sra doña María de los Ángeles Martínez de Trujillo el título de hija adoptiva de Chiclana, en reconocimiento al vínculo de descendencia que le une a esta población y como testimonio de su imperecedera gratitud por su memorable visita". Asimismo se le hizo entrega, a doña María, de un álbum que contenía fotos de la ciudad y copia de las partidas de nacimiento y bautismo, efectuado en la Parroquia de San Sebastián, de su madre doña Sebastiana. Desde el Ayuntamiento, se dirigió la comitiva a la Iglesia-parroquial de San Juan Bautista donde se ofreció una solemne salve. El cortejo continuó su andadura, bajando por la calle "huerta chica", hasta la calle Jardines-Arenal a la altura de la Iglesia de San Sebastián, donde se descubrió una placa por la que se asignaba a aquella calle el nuevo nombre del "General Trujillo". En palabras del alcalde, "aunque fuera una calle muy humilde por ella circulaban muchos trabajadores que iban a sus faenas del campo y con la confianza de que los hijos de estos perpetuarían la memoria del general, como el gran trabajador por España que había sido".

Desde allí, fueron a la "casa de la falange" (hoy biblioteca municipal), en cuyo patio, "esplendorosamente engalanado", se les sirvió un vino español y se les deleitó con los bailes y danzas del coro de la sección femenina de la ciudad. A las nueve y treinta de la tarde los distinguidos visitantes remprendieron el camino de vuelta a Sevilla. Es decir, que en solo tres horas recorrieron todo lo poco que entonces era presentable y posible de enseñar, mientras todos los chavales de los colegios estábamos repartidos por las diferentes calles por las que pasaba el cortejo con las banderitas de la república dominicana. Días después de la visita, la esposa del general envió al ayuntamiento un cheque por valor de 10.000 dólares, para que se invirtieran en obras nuevas y de reparación en el convento de las Hermanas de la Cruz.

El premio novel, Vargas Llosa, tiene escrita una célebre novela que titula "la fiesta del chivo" (que era el calificativo que le daban sus enemigos a Trujillo), donde nos narra parte de la vida del general así como su asesinato y los acontecimientos que se dieron en el país dominicano después de la muerte del dictador.

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