Manual de disidencia
Ignacio Martínez
El Rey predica en el desierto
C OMO un torrente es una película de 1958 dirigida por Vincente Minnelli con tres personajes marcados por la desesperanza interpretados por Frank Sinatra, Dean Martin y Shirley McLaine. Tomando como partida un plúmbeo melodrama de James Jones, Minnelli dirigió uno de sus mejores trabajos, pero no es de esta película de la que les quiero hablar sino de otra muy distinta pero que también nos llega cada cierto tiempo, en renovadas versiones del mismo tema (va por la 5), como un torrente, un torrente de mal gusto, de escatología, del resultado de hurgar con saña en los más bajos instintos de la sociedad, incluso de la sociedad culta, pero haciéndolo como lo hacen los niños cuando en sus primeros años de relación con amigos dicen palabras que sus padres les enseñan que no hay que decir, caca, culo, pedo, pis. Santiago Segura, que conoce perfectamente al público al que quiere hacer llegar sus películas y que sabe lo que esperan de ellas y de él, también dice descaradamente y sin pudor, caca, culo, pedo, pis como en los años 70 lo decían Enrique y Ana en una famosa canción. Santiago Segura conoce a fondo el negocio del cine, sabe hacerlo y sabe cómo ganar dinero con lo que hace. Lo que Santiago Segura nos muestra no es verdad, no es su verdad, es solo una provocación, una alternativa, una posible liberación de la incómoda situación de las personas preocupadas por la cultura, por el arte, por el pensamiento o por la ciencia. De repente, Segura consigue que vean la posibilidad de soltarse el pelo, de quitarse el pantalón, darse la vuelta y mostrar a todos su culo, sin pudor, sin vergüenza, tirarse un pedo o un eructo en la elegante mesa que comparten con personas importantes en un restaurante de moda y para conseguirlo busca la compañía de personajes sacados de una galería de la Celtiberia Show de Luis Carandell, no de famosos escritores ni prometedores artistas sino de personajes cutres como Cañita Brava, el Señor Barragán, el pecador de la pradera o Mari Carmen la de los Pajaritos.
Cada cierto tiempo llega una nueva película de este personaje y todo el mundo quiere ver hasta donde se ha atrevido a llegar, que patrones sagrados se habrá atrevido a transgredir, quienes le acompañarán en su labor demoledora. A veces son personajes de las revistas del corazón que se mueren por ser elegidos para salir en sus películas, desde Carmen Martínez Bordiú hasta Carmen Lomana. Otras veces, como ahora, son gentes del espectáculo, del cine, de la televisión como Chus Lampreave, Neus Asensi o Julián López, o ruinas vivientes que fueron algo y no son nada, como Fernando Esteso.
Siempre hay un personaje inocente, que no lo es tanto, como el personaje interpretado por Carlos Areces y un ayudante como lo fue Gabino Diego y ahora es Jesulín de Ubrique, que resulta simpático y cercano. Y un actor importante, Alec Baldwin. Todo está medido, todo está pensado, pero en esta ocasión Santiago Segura da un paso mas, inicia una huida hacia adelante y se atreve a unir a su conocida figura reaccionaria, machista y racista un matiz crítico ante los problemas que asolan a la sociedad actual. La película se sitúa en el año 2018 en una España convulsa y dividida en la que Cataluña ya no forma parte de España, que ha vuelto a la peseta y se ha salido de Europa.
En fin, más de lo mismo pero más también de lo que a simple vista parece.
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