Su propio afán

Enrique García-Máiquez

Titulitis

27 de julio 2025 - 03:07

Todos hemos seguido el caso del currículum menguante de Noelia Núñez, la joven y rutilante ex diputada del PP. Algunos con alipori, otros con saña. Yo me cuento entre los primeros. Si no fuera porque la anécdota no merece tanto esfuerzo investigador me encantaría indagar en los orígenes de esta historia. Me pregunto cómo nace y crece la mentira. Mi hipótesis es que ella puso astutamente que tenía estudios de esto y de lo otro, que es lo que se dice cuando uno se matriculó una vez de algo que no finalizó jamás. Algún entrevistador entusiasmado o algún motivado del partido tradujo esos vagos estudios en concretas licenciaturas, y a Noelia le dio palo quitarle la razón. Si colaba, colaba.

La melancolía es que esas carreras universitarias que supuestamente tenía y que han reventado su carrera política no le aportaban nada. Noelia Núñez ha caído en la trampa de cartulina de la titulitis. Mi padre, que tiene dos licenciaturas y dos doctorados, siempre dice que una carrera, antes de la experiencia laboral, sirve para saber en qué libros hay que buscar lo que necesitas saber. Ahora ni eso. Una carrera universitaria sirve para no tener esos complejos tan raros que tienen los que no la tienen. Yo estudié Derecho, o sea, nada que ver con estas columnas ni con mis ensayos ni con la poesía, para los que estoy perfectamente destitulado. Doy clases de Derecho en el instituto, eso sí, pero más que Derecho, pongo en práctica la pedagogía clásica, que tampoco he estudiado.

Para el trabajo que hacía Noelia Núñez, no le hacían ninguna falta sus carreras universitarias. ¿Por qué mentir para adornarte con algo que no se echaba de menos, se mirase por donde se mirase, y que te podía estallar en la cara? Que ella no estaba en el Congreso por sus licenciaturas en Derecho, en Administración y en Idiomas saltaba a la vista.

Aquí está el quid. Se arriesgan a mentir con sus estudios y sus supuestos méritos académicos para disimular los motivos y méritos de sus carreras políticas. Necesitan el oropel académico como camuflaje. Lo que hace mucho más insidiosa la práctica. Todo currículum falso, incluso los de los socialistas, debería conllevar la dimisión inmediata. No tanto por la mentira vanidosa y, por tanto, tonta de la titulitis, como por lo que nos oculta de los verdaderos intríngulis políticos.

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