¡Al suelo que vienen los vaticanistas!

La aldaba

22 de abril 2025 - 03:04

Como las setas en otoño o los caracoles en mayo. Los vaticanistas florecen en período de sede vacante para llenar minutos de radio y televisión. Colocan sus teorías sobre el peso de los italianos, la hora del turno de Asia y, cómo no, la relación de fuerzas entre progresistas y conservadores. Ofrecen sus quinielas sobre el resultado de un cónclave del que en realidad no tienen ni pajolera idea. En el último fue estrepitoso el fracaso de los vaticanistas que apuntaban mayoritariamente a Scola para que los italianos tuvieran de nuevo un Papa desde la muerte repentina en 1978 del desgraciado Juan Pablo I que sólo ejerció 33 días. Los vaticanistas copan las horas de vacío (horror vacui), los minutos de silencio. Amos y señores de la espera, la expectación es su caldo de cultivo. Y sus opiniones son tenidas en cuenta como las del sumiller que acaba de libar el caldo. En buena medida deben su credibilidad a las filtraciones del cónclave del que salió elegido Juan Pablo II, lo que motivó que el Papa polaco se preocupara mucho en blindar esas sesiones con la construcción de la residencia Santa Marta, donde los electores viven aislados el tiempo que duran las sesiones. El problema es que también trascendieron las votaciones del cónclave que eligió a Benedicto XVI y del que supimos que Bergoglio quedó segundo. Debe haber un curso acelerado para vaticanistas y pronto habrá un máster que ofrecerá alguna universidad privada contra las que ahora embiste el Gobierno de España. Un aspirante a vaticanista debe valorar que el cónclave decidirá si sigue una línea continuista o si opta por el rupturismo. ¡Toma, claro! Se posiciona a favor de la primera opción porque repite machaconamente que Francisco ha dejado nombrado a un alto porcentaje de electores. Seguidamente queda muy bien citar a un par de cardenales negros por aquello de que ya va siendo hora de que la Iglesia Católica sea gobernada por un pontífice de raza negra. La apuntada teoría del Papa asiático debe compaginarse con la necesidad de que haya un grupo mayoritario que vote en bloque en ese sentido, cosa que solo se consigue con amplísimos apoyos de cardenales de países de otros continentes, porque los asiáticos son minoría. También debe pronunciarse sobre la duración del cónclave. ¿Largo o corto? Sin idea alguna porque nadie la tiene, el vaticanista dirá que en los últimos tiempos las sesiones son pocas porque ya está todo negociado de antemano en las congregaciones generales (el llamado pre-cónclave) y porque los cardenales no están incomunicados como en siglos anteriores. Ninguno dirá que el Espíritu Santo elige. Eso corresponde a los cardenales. Una vez elegido el Papa, los vaticanistas nos lo explicarán todo como si hubieran acertado. Son como algunos economistas, que hacen las mejores predicciones... A posteriori.

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