Mejor por escrito

15 de diciembre 2025 - 03:07

En Donald Trump, a pesar de los aplausos de sus seguidores, votantes y adictos, es difícil encontrar, en su larga trayectoria política, algún gesto que merezca elogios. Sin embargo, por una vez, ha tomado una iniciativa que, aunque sólo sea por un aspecto, debería ser aplaudida: el informe de estrategia de seguridad nacional y la relación de su país con Europa, del pasado 5 de diciembre, fue dado a conocer de manera primordial por escrito. Un énfasis formal poco habitual con el que, cabe suponer, se quiso resaltar la trascendencia de esta directriz institucional, redoblando su valor y disminuyendo las posibilidades de ser malinterpretada, como sucede, a veces, con las declaraciones orales. Y, en efecto, este texto bien trabajado ha sido leído con atención, e incluso publicado completo, en buen número de periódicos europeos. No porque añadiera nada nuevo a la conocida agresividad de Trump hacia la comunidad europea, sino porque ha sido redactado con esmero. Una prueba de que, cuando quiere, el presidente sabe extraer el mejor jugo reflexivo a sus asesores. Este buen envoltorio formal no elimina el veneno antieuropeo que esconde ni lo hace más aceptable. Pero, como del peor enemigo también llega, a veces, ocasión de obtener una lección pedagógica, algunos lectores habrán recordado una época, no lejana, en que gran parte de las plataformas políticas, incluidas las españolas, difundían sus propuestas por escrito, cuando lo requería el acontecimiento, en lo que se llamaba simbólicamente libro blanco. En él, tal como ahora en este documento de Trump, se analizaban las decisiones, para que el público tuviera información de las medidas que iban a tomar los gobiernos. Pero un escrito elaborado así, con sus análisis, comprometía. Y empezó a ser una carga excesiva cuando los políticos –tal como sucede hoy en día– quieren tener las manos libres para cambiar de opinión según sopla el viento. Por tanto, impusieron recurrir a las declaraciones verbales, con cuatro palabras, que también fácilmente se lleva el viento. El mejor ejemplo lo ha dado, en estos siete años, el Gobierno desde la Moncloa. Y seguirá así hasta que los españoles se atrevan a reclamar otra vez a los políticos que, lo que tengan que decir, mejor que lo digan, primero, por escrito.

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