La esquina
José Aguilar
Pedro se humilla y nos humilla
Ha llamado la atención el Congreso del PSOE, donde los asistentes se rompieron las manos de aplaudir hasta el extremo de que la mujer del secretario general fue tratada como si fuera un personaje en lugar de una persona bajo sospecha de utilizar medios públicos para beneficio privado. Para qué hablar de los soporíferos discursos y de la falta de interés de los debates, si es que hubo. El que no estuviera dando muestras de fervor por la causa no tiene futuro. No es de extrañar, al fin y al cabo el 90% de los asistentes tiene un cargo remunerado en la administración gracias al partido. Fuera hace mucho frío. Suena extraño que en el PP critiquen tanto peloteo cuando sus actos son exactamente iguales. Como dijo Borbolla, “siempre con la Iglesia, nunca con las sectas” o, como dijo Guerra, “el que se mueva no sale en la foto”. El PP, igual que el PSOE, es una agencia de colocación de todos aquellos que precisan del salario público para subsistir. No observo más diferencia entre lo que ocurrió en Sevilla y en Valladolid. Llevo 43 años en la administración y he visto gente que ha entrado como auxiliar administrativo y ha terminado de director de área, siempre a lomos del poder. Han mejorado sus vidas gracias al peloteo o a su militancia política. Los ejemplos son tantos que no caben en estas 500 palabras, no hay ni siquiera que señalar la manera en la que accedieron algunos a su puesto de trabajo gracias a compañeros de partido, sindicatos o familiares. Recientemente la gente de Cádiz ha tenido una hemorragia de elogios a un fallecido cuyo nombre omitiré porque al fin y al cabo no se puede defender. Me llama la atención los que tuvieron una vida placentera gracias a las canonjías que repartía el Partido Socialista y en el momento de la jubilación vieron la luz, se salieron del partido y descubrieron nuevos ideales. Por supuesto es de necios no cambiar de opinión, lo llamativo es hacerlo después de haber disfrutado de jugosos cargos o de destinos placenteros por obra y gracia de la militancia hasta el momento de pasar a cobrar la jubilación. Ahí todo cambia porque ya no necesitan ser directores generales, gerentes o una maravillosa comisión de servicio para no dar clase, que la tiza debe ser muy jodida. Sorprende que nadie tenga la honradez de decir que el rey va desnudo, que es indecente aprovecharse de la militancia en un partido cuando se trata de obtener mejoras y luego si te he visto no me acuerdo. Todos esos dedicados al panegírico hacen bueno a Rubalcaba con aquello de que en España se entierra muy bien. Es una desgracia para un país que los que prosperen son los pelotas y los chivatos. El mérito no sirve de nada. Hay que sacarse el carnet apropiado, ahora el del PP.
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