Órdago a la chica

28 de julio 2025 - 03:03

El mus gaditano se está perdiendo y es una pena. Ya no hay concurso de mus en lo que Pepe Barroso retrató con acierto como “la subcultura de las peñas gaditanas”, ni siquiera sobrevive el Campeonato de Mus de la Piedra Cuadrá, que era como la Champions. Ya nadie juega al mus en los bares. Los boomer , ya jubilados, vamos a los cursos de pintura o de macramé; los millenials o la Generación Z han perdido interés por los juegos de cartas, absorbidos por las pantallas. El otro día el alcalde lanzó un envite a chica (“envidador de chica, perdedor de mus”) y ninguno de la oposición lazó un órdago, dejaron pasar la grande, los pares y el juego, ni un solo órdago, ni un envido más, ni una seña al compañero, ni una sola frase del tipo “a la mano con un pimiento”... nadie debía tener un cinco de oros para usar en caso de necesidad. Yo soy de la generación del mus y hubiera dicho: “dimita usted si tres meses antes de las elecciones no está listo Valcárcel, no está terminada la Ciudad de la Justicia y no han empezado las obras del nuevo hospital”. Un órdago en condiciones, pero se ve que Oscar Torres y David de la Cruz no son jugadores mus, dejaron pasar el reto sin más; total, era un envite a chica porque siempre alguien hará equilibrios con los números y nos hará un lío a todos, cuando lo importante no es lo que se deba sino lo que se hace con el dinero que se pide prestado, aquello que dijo Pacheco: “haz lo que debas aunque debas lo que hagas”.

Por si fuera poco, el envite a chica del alcalde era tramposo porque ni en el expediente del préstamo se citaba el hospital, ni la Junta ha dicho nada, ni puede expropiar a la Zona Franca que permanece en silencio. Igual el alcalde solo tenía un as, que en el mus solo es útil si tienes 31 o unos dúplex con los que ir a pares, un rollo gordo para el alcalde. Nuestra pandilla de boomers nos tiramos el verano del 75 y el del 76 jugando al mus junto a las casetas de madera a la altura de lo que hoy es el Hotel Q. Luego Víctor López organizó un campeonato aprovechando que tenía destino como marinero en la biblioteca del Instituto Hidrográfico, con su reglamento y todo, algunas parejas de amigos jugábamos en cualquier circunstancia porque llevábamos la baraja siempre encima por si surgía la oportunidad. Ya no hay mus, ya no hay jugadores de mus, por no haber ya casi no hay peñas, con la proliferación que hubo en los 80 con sus turnos de barra, su semana cultural, su día de la mujer y los peñistas las tardes enteras acodados en la barra . Ni el estilo echao palante del jugador de mus ha prevalecido.

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