Su propio afán
Saunas desbordadas
Los trabajadores del metal de la provincia de Cádiz se movilizan por mejoras en su convenio, lo que me parece digno de apoyo. Que se cumpla el convenio, les paguen el IPC y el plus de toxicidad. Nota curiosa: los compañeros del metal cobran el doble que la mayoría de fotógrafos y periodistas que cubren sus movilizaciones. Son reivindicaciones justas, pero que nos ahorren toda la épica de la lucha obrera y todas las manifestaciones de apoyo de los burguesitos que piensan que con estas movilizaciones se lleva a cabo una lucha obrera singular. Hace cuatro años se formó también la tremolina (tanqueta incluida) hasta que les dieron el 1% sobre el IPC. En la provincia se negocian 130 convenios. El de Hostelería, que se acaba de firmar, afecta a más del doble de trabajadores que el del Metal y no han cortado puentes ni la vía del tren, no han quemado contenedores, no han tirado piedras a la Policía, no han salido los camareros con la cara cubierta a proferir consignas ni han concitado el apoyo de los que se creen que se ha iniciado el asalto al Palacio de Invierno. Ojalá consigan sus reivindicaciones pero para ello no hace falta que destrocen el mobiliario urbano ni perjudiquen a los ciudadanos. En Chicago hace 140 años detuvieron a ocho personas (tres de ellos periodistas), cuatro de ellas ejecutadas, por eso se conmemora cada año el Primero de Mayo. Si alguien se toma la molestia de leer a Eric Hobsbawn, a Rosa Luxemburgo o a cualquier otro, si leen Germinal, si ven La sal de la tierra, Novecento, Qué verde era mi valle, incluso Los santos inocentes, si conocen la huelga de La Canadiense, las revueltas de Santa María de Iquique o los levantamientos campesinos en Andalucía, si conocen la lucha de los luditas, si han cantado alguna vez Santa Bárbara bendita o Me matan si no trabajo, sentirán un poco de pudor de las tonterías que han dicho algunos en las redes sociales y de las consignas que gritan por las mañanas los trabajadores y los chavales que se apuntan a la revuelta. Comprendo que hubiera movilizaciones ciudadanas con la reconversión industrial, la amenazas de cierre de astilleros de Cádiz, Airbus o Delphi, pero trasladar a toda la comarca una reivindicación de un convenio me parece exagerado. Los destrozos en la vía pública los pagamos todos, el colapso de tráfico afecta a los que se mueven en la Bahía. Las huelgas por un convenio deberían circunscribirse a las fábricas, como se ha hecho a lo largo de la historia, que muchos deberían conocer antes de decir simplezas de “qué me gusta Cádiz con barricadas”.
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