Ya llegó la fruta

12 de junio 2025 - 03:04

Hay señales más importantes que la alineación de los planetas, el poso del café, el vuelo de las aves, los movimientos de los animales. Hay cosas que están escritas en el ADN de Cádiz con más vigor que si estuvieran escritas en las estrellas o si alguien hubiera cantado un pasodoble. La primavera llega a Cádiz justo en el momento en el que abre Los Italianos, ahora con una topolinada para los tiesos amantes del gañoteo, de la misma manera que se acerca el invierno cuando cierra, como si fuera el primer episodio de Juego de Tronos y vengan los caminantes blancos. Cuando vean ustedes las toallas colgadas en los balcones pueden deducir dos cosas: es una vivienda de uso turístico que ni el Ayuntamiento puede evitar y el verano ha llegado junto con los caracoles y la fruta. Es inevitable que los guiris cuelguen sus toallas de la barandilla de los balcones por mucho que propietarios, comunidades de vecinos o concejales quieran evitarlo. En época de Carlos Díaz se quiso impedir que la gente tendiese en los balcones del bloque de viviendas Puerto 3 de la Barriada de la Paz o que los trabajadores del Puerta del Mar salieran a la calle con sus batas o sus pijamas sanitarios. Ninguna de las dos cosas se pudo conseguir, no se le pueden poner puertas al campo. Así que acostumbrémonos a las toallas como nos hemos acostumbrados a las cacas de los perros, por decir algo. Una señal de que se acaba el verano es ver a algún chaval con una guitarra metida en su funda colgada en la espalda, señal de que va camino de un ensayo, es el momento en el que las agrupaciones empiezan a prepararse. Si va usted por la Punta y oye una banda de cornetas y tambores a todo trapo una noche cualquiera, es que de aquí a poco llegará la primavera. Antes las lavanderas blancas y los estorninos nos anunciaban el invierno, pero desde que Paco Vivas las asustaba a cañonazo limpio, han dejado de venir. Por ahora sí llegan las golondrinas de África cunado suben las temperaturas. Señal de que los madrileños están entre nosotros son los aplausos en la puesta de sol por La Caleta, con su rayo verde y su copa de Vega Sicilia llegado el caso. Antes el final del verano lo señalaba el Trofeo Carranza, pero LaLiga ha impuesto un calendario tempranero para adaptarnos a las competiciones europeas. Si los Tosantos anunciaban el invierno y los Juanillos el verano, en realidad tenía que ver con la asimilación que ha hecho la religión católica de los ritos paganos. Atentos a las señales, que el día menos pensado a alguien le da por regularlas. Ya saben, “el que no se agache…”.

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