LÍNEA DE FONDO

Pedro / Ingelmo / Pingelmo@grupojoly.com

La fábula del pingüino

Breves notas de comportamiento animal para reflexionar sobre el triunfo, la velocidad y el tocino

LOS pingüinos parecen simpáticos, pero no lo son tanto. No señor. Los pingüinos son el alimento favorito de las focas, vaya usted a saber por qué. Pregúntenle a las focas. Cuando llega la hora de comer, los pingüinos se sitúan en lo alto del montículo de hielo y esperan. Esperan. Tarde o temprano, el más hambriento bajará a pescar. Y así se pasan un rato silbando. Hasta que uno baja pim pim pim, no por heroismo, sino porque así son las cosas y siempre tiene que haber uno que sea el primero. Si no existieran los primeros, no existirían los pingüinos. Ahí va nuestro hombre (perdón, nuestro pingüino). Al instante, se monta un escándalo, aplausos y júbilo que a los humanos nos hacen mucha gracia en los oceanarios, donde las focas son burguesas y, por tanto, no hay sangre ni pingüinos descuartizados. Nuestros hijos ríen y los pingüinos nos miran con cara de qué estáis mirando. Pero este pingüino que baja el primero al agua a buscar el pescado no está en un oceanario, está en la Antártida o donde narices vivan los pingüinos. ¿Qué ocurre después? Que otros dos simpáticos pingüinos irán detrás de él, pim pim pim, y, justo cuando llegue al borde, plom, al agua el pingüino. Pasarán unos segundos y, posiblemente, el pingüino salga a la superficie (eh, tío, sólo era una broma). Pero puede pasar que el agua se infeste de focas -tan simpáticas también cuando juegan con la pelota- y vuelvan los otros dos pingüinos con el resto e informen de que el pingüino Charlie es esa mancha de sangre que ven ahí abajo y que ha muerto como un auténtico pingüino, recemos por él, siempre lo recordaremos. Gracias a Charlie, nosotros seguimos vivos. Esta historia tiene moraleja, aunque yo no sé muy bien cuál es . Tiene que ver con que los pingüinos no son lo que parecen, pero también con las dudas que me asaltan sobre los triunfadores, los que llegan los primeros, sobre la misma condición de héroe. Si fuera pingüino, y no me veo un carácter y aspecto tan lejano, siempre preferiría ser el segundo que va a por el pescado. El que empuja. ¿Ganar? No, no. Las focas no mastican gregarios.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios