Para explicar los ERE hay que comprender la manera en la que el PSOE se mantuvo en el poder a lo largo de 37 años. Primero se montó una red clientelar que llegaba hasta el último rincón de la región: los dirigentes del PSOE tuvieron todos algún cargo remunerado, asesores colocados en la Junta, las Diputaciones y los Ayuntamientos, enchufes para los familiares, parejas y militantes del partido en los diferentes niveles de la administración, desde el ámbito municipal hasta la Junta. Que alguien haga la cuenta del número de concejales y alcaldes que son empleados del CADE, antes FAFFE e IDEA, por citar una agencia. En aquella época cantaron el Peña y el Masa "yo tengo una prima que toca el oboe y otra con trabajo desde que está en el PSOE", apacentados en el pesebre público, como contaba Félix Bayón en sus artículos. Se hizo una sociedad pasiva donde había que ser del PSOE o bailarle el agua. Además, solo las entidades afines recibían generosas subvenciones. La culminación era la paz social con el apoyo de las centrales sindicales que firmaban acuerdos con la Junta. En ese afán por la paz social es donde surge los ERE. Como seguir el procedimiento administrativo regulado en la legislación era un engorro, se arbitra un mecanismo que se lo saltase. Se le transfiere a la agencia IDEA una cantidad de dinero todos los años sin el menor control, con la premisa de que estaba aprobado por el Parlamento y contaba con la colaboración de los sindicatos. Se trataba de ayudar a empresas en malos momentos aligerando su plantilla. Cerca de seis mil personas se beneficiaron del procedimiento y todavía cada año se incluye una partida para pagar las anualidades correspondientes.

En ese maremágnum sin control ganaron dinero bufetes de abogados, aseguradoras, intermediarios, se colaron intrusos y se benefició algún desaprensivo, pero ni un solo euro, como se ha dicho, fue a parar al bolsillo de los ex altos cargos socialistas, desde ex presidentes a ex viceconsejeros. Se conseguía la paz social, que es lo que se pretendía, a costa del descontrol administrativo donde metían la cuchara los listos de siempre. Por eso se repite, con razón, que Manolo Chaves, Pepe Griñán y el resto son personas honradas, porque no se han lucrado. A diferencia de lo ocurrido en Gurtel, Púnica y demás, tramas destinadas al enriquecimiento personal y a pagar sobresueldos a dirigentes del PP, obras y actos de este partido, con Esperanza Aguirre de espectadora y muchos dirigentes de beneficiarios. Una diferencia notable por más que Arenas, Zoido y la jauría se empeñen en decir lo contrario: no es lo mismo una trama para hacerse millonario que un procedimiento irregular .