Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

El brazo tonto de la ley

Váyanse a paseo Lupin, Holmes, Marlowe y Colombo. Donde se ponga De Torrente que se quiten los demás

Por si ustedes no lo saben ya se lo digo yo: la provincia de Cádiz tiene un diputado de Ciudadanos. No se sabe bien ni quién es él ni a qué dedica el tiempo libre. Desconocemos si su ardua labor parlamentaria, aparte de las inevitables croquetas del Bar Manolo, incide en el bienestar de los ciudadanos de la provincia o se limita a lo que todos: ser un diputado culiparlante que vota lo que le dicen sus jefes. Al estilo de Paco Cabaña, por decir un animalito. Dicho todo lo anterior para que ustedes se hagan una idea. Se llama Javier Cano Leal y por lo visto ha ido a Mali y Senegal a visitar a las tropas españolas allí destinadas, asunto de trascendental importancia para el futuro de España, para todo el Sahel y para el Magreb, como ustedes podrán comprender. Al Qaeda y el ISIS tiemblan de miedo. Pues bien, Javier Cano Leal (buen chaval, funcionario de la Diputación, exconcejal de San Fernando y exmilitante del PP) ha presentado una iniciativa sobre la utilización de la antigua cámara acorazada de lo que fue el Banco de España y ahora Subdelegación del Gobierno como depósito de la droga incautada. Según parece se han quejado algunos funcionarios por los olores y por los efectos que produce en su salud. El asunto empezó con el mamarracho de depósito en el garaje del Parque Móvil, el desastre del sistema de vigilancia y el consiguiente robo de tres toneladas de cocaína gracias a la brillante gestión de Javier De Torrente, el Brazo Tonto de la Ley, a quien tanto debemos y a quien echamos mucho de menos. Pasados los años detuvieron a un tipo en Chiclana que contó cómo fue lo del robo y se pudo resolver el misterio, cuando la cocaína llevaba años en las narices de gente diversa. Váyase a paseo Arsenio Lupin, Sherlock Holmes, Philip Marlowe e incluso el Teniente Colombo. Donde se ponga De Torrente que se quiten los demás. Y eso que no contaba con la inestimable ayuda de los intrépidos asesores Enrique Moresco y Sebastián Ruiz, ambos un dechado de virtudes cívicas y con una trayectoria ética inobjetable. Tan es así que nada más empezar la Morescada Popular ya se ha resuelto el lío de la Comisaría y han bajado el número de atracos en la ciudad de Cádiz. Es lo que tiene la mera amenaza de que Moresco se incorpora a un puesto de la responsabilidad para el futuro de España de asesor del subdelegado, que debe ser algo así como subasesor, por ceñirnos al escalafón. Los delincuentes que se subpreparen que llega el subasesor para apatrullar la ciudad al ritmo de El Fary.

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