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David / Almorza

UCI

23 de marzo 2010 - 01:00

LA mayoría de los hospitales dispone de una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Antes se llamaban UVI, Unidad de Vigilancia Intensiva, porque se entendía que el equipo médico se dedicaba a vigilar con expectación la evolución de los pacientes en estado crítico. No era así, sino que los médicos además administraban cuidados a los enfermos. Quizás por eso se cambió el nombre. Para decirlo claro: el Cádiz está en la UCI. La situación es crítica. Se trata de un enfermo muy grave que puede salvar la categoría o marcharse al barrio de la Segunda B. La afición no se limita a vigilar expectante la evolución del equipo, sino que participa administrando los cuidados que cada aficionado crea oportunos, aunque sean contradictorios y parezcan contraproducentes. Es lo que pasa cuando hay pasiones de por medio. El Cádiz, además de estar malo, de enfermo, para salvarse debe desarrollar la maldad. Hay equipos que no le hacen mal a nadie, se les llama pescaíto en blanco, y están condenados al descenso. Los equipos de tipo Robin Hood, le ganan los puntos a los equipos malos para dárselos a los buenos, pero al final conservan la categoría. Para lo que queda de Liga el Cádiz debe ser absolutamente malo. Ganarle los puntos a los equipos malos y también a los buenos. Una maldad sin corazón. Los únicos que deben cuidarse el corazón son los aficionados, porque los partidos que quedan son de alto riesgo cardiaco, y el carné no incluye atención cardiovascular, aunque quizás para sacarse el abono debería ser obligatorio presentar un certificado médico de poder aguantar tensiones de infarto. Pero todas las nuevas incorporaciones a la plantilla deberían pasar por otra UCI, la Unidad de Cadismo Intensivo.

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