HACE poco el arqueólogo se anunció el descubrimiento de la tumba de Aristóteles durante unas excavaciones en la ciudad de Estagira en la península Calcídica. Con forma de altar, situada en un lugar cerca de la acrópolis y con vistas a la bahía. En la tumba se encontraron las cenizas del filósofo. El historiador griego Epaminondas ha salido de inmediato para realizar una serie de puntualizaciones al respecto. Dice que la historia de una persona de la trayectoria de Aristóteles no puede concluir sino con una enseñanza que hay que extraer. La clave es que la tumba está situada precisamente con vistas a la bahía, y que Cádiz también tiene bahía. En su opinión el altar debía estar franqueado por dos columnas, como las columnas de Hércules en Cádiz. Dos columnas que harían referencia a dos lugares donde se depositaron las cenizas. Una parte en Estagira y la otra en Cádiz.

En su trabajo titulado 'Los erizos de Gadir, la región de Gadeira', ya Epaminondas establecía que Aristóteles visitó Cádiz en época de carnaval, y piensa que el descubrimiento de la tumba lo ratifica. Para Epaminondas existieron dos partes vitales en Aristóteles: la parte que él llama "Aris", que fue la que vivió en Cádiz; y la parte que denomina "Totélica", y que fue la que pasó en su tierra. El propio Epaminondas reconoce que aún no ha encontrado los documentos que avalan su teoría. Cree que en algún momento los tuvo en su poder pero que no los encuentra; aunque tampoco puede asegurar que los tuviese o que soñara con tenerlos. Pero afirma que eso no resta validez a su planteamiento.

La comunidad investigadora ya directamente ignora las opiniones de Epaminondas. La investigación histórica necesita tener documentos que la avalen. Sin embargo Epaminondas opina que "donde no lleguen los documentos debe llegar la inventiva del investigador". Cree que el tiempo le dará la razón y que pronto se encontrará la otra tumba de Aristóteles en Cádiz… o no. Él seguirá investigando.