Ando estos días engolosinada con las Poesías Completas de Manuel Machado. Me saben a pupitre de colegio, me huelen a goma de borrar. Me llegan al alma frágil de los poemas que se recuerdan de memoria, aquellos que ya no dicen lo que dicen porque son una especie de rezo que sale de los labios sin conciencia, pero con todo su poder. Lo entonamos, apenas alguien recita el primer verso, aunque se atasque repentinamente una palabra. Manrique, Espronceda, Darío, Machado, procurarán para siempre que nuestra vida, al menos la más oculta, frágil e importante, tenga rima, emoción y memoria.

Manuel Machado, tan controvertido, tan mal comparado con su descomunal hermano. Tan buen poeta. En esos dos hermanos están las miradas antagónicas y complementarias de España. Suelto el libro ya de noche porque de poesía no se puede una dar atracones y vuelvo a los periódicos para estar al día de los dos sainetes que nos mantienen en vilo. La exhumación de Franco y la reacción a la sentencia del proces.

Recuerdo que en mi casa se compró una tele en color cuando murió Franco. Sin embargo, ahora que lo van a exhumar vuelvo a ver aquel tiempo en blanco y negro. Ya es bastante gris, feo y elocuente el Valle de Los Caídos por sí mismo. A qué tocarlo. Mover unos huesos no va a cambiar la historia ni a reescribirla. La reconciliación es otra cosa. Los que hablan de dignificar a las víctimas las utilizan para sus propios fines. Ni la derecha ni la izquierda deberían mirar al Valle de los Caídos sino a El Escorial que está bien cerquita. También es historia. De cuando éramos algo en el mundo.

El otro gran tema es la sentencia del proces. Antes de publicarse la sentencia ya está siendo criticada. Yo sin embargo estoy agradecida. Cuando los etarras eran juzgados aparecían en unas peceras de cristal riéndose de los jueces, de la justicia y de España. A este juicio se le ha dado la solemnidad que merecía. Banquillos de terciopelo en el Tribunal Supremo, Un magistrado exquisito, un Ministerio Fiscal valiente y emocionante y, unos acusados, que en el ejercicio de su defensa han sostenido que estaban de broma. No me importa a cuánto les condenen. He vuelto a creer en la justicia.

Nos quedan Franco y sentencia para rato. Me vuelvo a los versos de Manuel Machado: "Nunca nada será que no haya sido. / La palabra es: "Volver". La ingente gloria/ descansa en el poder de la memoria. / La verdadera muerte es el olvido.".

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