Maldita calle Ancha

Calle que en cualquier ciudad española estaría repleta de hoteles de cinco estrellas para el turismo de lujo

Un género clásico de este Diario, que ha cumplido más de un siglo y medio, es el reportaje-tango sobre el cierre de un comercio en la calle Ancha. Ahora le ha tocado a El Siglo, el bazar de toda la vida (inventado mucho antes de que llegaran los chinos, y más fino y elegante) que en realidad no ha cumplido el siglo. En Cádiz, un comercio que llegue al siglo es algo rarísimo; y que un periódico cumpla más de un siglo y medio tiene mérito, sobre todo porque sigue perteneciendo a la familia Joly, que lo fundó, y no ha sido como otros negocios que van de mano en mano y lo tiro porque me toca. Sin embargo, se debe reconocer que la calle Ancha tiene un gafe especial, un yuyu del malo.

¿Y cuándo se jodió la calle Ancha? Esto es lo que nos preguntaría mi admirado Mario Vargas Llosa, cuya última novela, Tiempos recios, toma su título de Santa Teresa de Jesús. La calle Ancha no sólo se jodió, sino que vive tiempos recios. Es una calle decimonónica, más que dieciochesca. Es una calle para Benito Pérez Galdós y para Armando Palacio Valdés. Es una calle muy literaria, y así hemos llegado a Vargas Llosa, sin olvidarnos de José María Pemán, que vivía al fondo, en la plaza de San Antonio, el colofón burgués de la burguesa calle Ancha.

¿Pero cuándo se jodió, joé? Es la eterna duda. En una entrevista, el propietario de El Siglo, Celio Izquierdo, situaba la fecha de "el pinchazo" en 1995, cuando cerraron Galerías Preciados (por cierto, cuidado con El Corte Inglés), pero yo creo que eso pudo ser el remate del tomate. La calle Ancha estaba jodida desde que se acabó la burguesía gaditana. El palacio de los Mora es un ejemplo. Fue inaugurado en 1862, con motivo de una visita de la reina Isabel II. En esa casa celebraron banquetes con presencia de Alfonso XII y Alfonso XIII. Ha estado vinculada a familias gaditanas de apellidos ilustres, como los Moreno de Mora, los Aramburu, los Carranza y los Picardo.

La calle Ancha es el símbolo lánguido del Cádiz burgués que se perdió. Calle de casas de alcurnia. Calle que en cualquier ciudad española estaría repleta de hoteles de cinco estrellas para el turismo de lujo. Calle que nos recuerda a la Telefónica, el Banco Hispano Americano y tantos comercios que no han durado un siglo. Calle donde permanecen Los Italianos y el Liba, como un reducto del ayer que resiste al modo numantino.

La muerte de la calle Ancha fue certificada el día que fue borrada de la carrera oficial de la Semana Santa de Cádiz. Era la calle mayor de una ciudad que está perdiendo hasta su historia, borrada por el olvido.

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