LA Universidad de Cádiz, como todas las universidades públicas y privadas de nuestro país, está estos días haciendo publicidad con el fin de captar alumnos para el próximo curso. Se espera una caída en la demanda debido a los altos precios de las matrículas y la reducción en el número de becas, ya anunciadas por el ministro Wert de forma (esperemos que no) irrevocable. En la pugna por la captación de nuevas matrículas he podido leer algunos anuncios de universidades privadas que hacen énfasis en la calidad de la docencia y la investigación. No tengo elementos de juicio para valorar si la docencia en las universidades privadas es igual, mejor o peor que en las públicas, pero sí los tengo para decir que en materia de investigación están a años luz de las públicas, aunque este aspecto, hay que decirlo, no influye mucho (lamentablemente) en la elección de una universidad para estudiar. Es cierto que hay casos individuales, de algunos grupos de investigación en alguna universidad privada, que se acercan e incluso sobrepasan a muchos grupos de investigación de las públicas, pero como norma general en las universidades privadas la investigación no es un objetivo final. La pregunta es si una universidad que no tiene investigación puede ser buena. Yo creo que sí. Una universidad puede apostar por ser una universidad docente y aquí cumplirían sus objetivos tanto las públicas como las privadas. Cuando no se cumplen los objetivos es con las medias tintas, es decir, 'en teoría' las universidades públicas tienen obligación docente e investigadora y ni destacas en la primera función, la docente y te estancas en la segunda. El modelo de universidad privada en España es radicalmente opuesto al de EE.UU. o Reino Unido, donde se fomenta la docencia de calidad, pero también la investigación. Algún día nos daremos cuenta (espero que no sea muy tarde) de que una universidad pública con buena investigación (no hace falta excelencia), es la mejor donde puedes estudiar.