LÍNEA DE FONDO

Pedro / Ingelmo / Pingelmo@Grupojoly.com

Fermín, el del banderín

Los últimos y gloriosos instantes en la carrera arbitral de uno de los linieres más famosos de nuestro fútbol

17 de mayo 2012 - 01:00

CUANDO Fermín, el del banderín, ve el clamoroso fuera de juego en el tiempo de descuento del partido crucial, toda su vida arbitral pasa ante él, desde los años de silbato en los campos embarrados de la Regional navarra hasta sus momentos de gloria protagonizando documentales de Canal Plus. Su gran acierto fue irse a la banda y su gran suerte cruzarse con un tal Undiano, unir su destino a él. Con su amigo Undiano ha sido internacional, ha conocido mundo y ha ganado petrodólares yendo a arbitrar a Qatar y Arabia. Allí se lo pasaban de miedo Undiano y él expulsando a mansalva y pitando penaltis. La liga española, a la que se deben, es más aburrida, pero él ha sabido encontrar su hueco pitando con el banderín penaltis al revés, muy sonados aquellos en los que confundió a Undiano a favor del Valencia y del Athletic. Luego causaba un poco de bochorno cuando pasaban las repeticiones en la tele, pero merecía la pena recorrer los campos de España y que todo el mundo le llamara Fermín, el del banderín. No es fácil ser una celebridad siendo linier. El lo había conseguido. Por eso escribió un emotivo comentario en su última concentración en Santander. Casi se le saltaban las lágrimas, escribía, porque ésta sería su última temporada. Cumplía los 46. Pero estaba orgulloso, formaba parte de un club, el de los árbitros, preparados para "superar la tensión a la que estamos expuestos". Y aquí estaba, en la banda de un estadio de barrio, con un montón de amenazante gente de barrio detrás, dando vueltas en un torbellino, superando la presión a la que estaba expuesto cuando en la grada le gritaban 'cuidadito con el banderín, Fermín'. Por eso, cuando vio el clamoroso fuera de juego, en el último partido oficial de su vida, en el último momento de su carrera arbitral, fue sensato, no como en esos dos penaltis pitados al revés que tanta fama le dieron. Se dijo: "Fermín, vamos a dejarlo estar". Y agarró con fuerza el banderín para no cometer la imprudencia de levantarlo. Ahora, cada noche se alegra de tan sabia decisión. No hubiera salido vivo de Vallecas.

stats